La Heparina y el Adiro son dos medicamentos fundamentales para tratar problemas cardiovasculares. Ambos fármacos reducen la posibilidad de que se produzcan coágulos de sangre evitando así la obstrucción de las arterias. En este blog os contamos todo lo que necesitáis saber acerca de las funcionalidades de estos fármacos, cuándo se recomienda tomarlos, cuáles son sus beneficios y posibles efectos secundarios.
Heparina y FIV: ¿Por qué podría utilizarse?
La Heparina de bajo peso molecular es un fármaco anticoagulante. Inhibe la acción de los agentes coagulantes en el torrente sanguíneo para reducir el riesgo de coagulación; por este motivo, se utiliza para prevenir y tratar los coágulos sanguíneos, incluidas algunas afecciones como la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar. También puede prevenir la formación de pequeños coágulos en los vasos sanguíneos de la placenta, uno de los mecanismos causantes de aborto espontáneo.
Sin embargo, en mujeres que padezcan el síndrome antifosfolípido, no se recomienda, puesto que aumenta las probabilidades de sufrir abortos espontáneos, partos prematuros e incluso una restricción del crecimiento intrauterino.
Efectos secundarios de la Heparina
La Heparina puede provocar picazón, dolor o hinchazón en el lugar donde se ha introducido la inyección. No obstante, cuando se utiliza la Heparina como parte del tratamiento de FIV, en dosis bajas, las complicaciones graves no son recurrentes.
Por el contrario, las dosis de Heparina más altas podrían provocar mayores efectos secundarios, entre los cuáles encontramos:
- Disminución del recuento de plaquetas.
- Riesgo de sangrado.
- Adelgazamiento de los huesos.
- Enzimas hepáticas anormales.
¿Para qué se utiliza normalmente el Clexane?
El Clexane es una Heparina de bajo peso molecular (enoxaparina), y pertenece a un grupo de fármacos denominados anticoagulantes. Clexane impide la formación de coágulos sanguíneos no deseados y puede impedir que los coágulos ya formados crezcan más. Además, Clexane no descompone los coágulos sanguíneos ya formados, sino que actúa como bloqueo, interfiriendo en el proceso de formación de los coágulos sanguíneos.
En tratamientos de Fecundación in vitro, es posible que algunas pacientes padezcan trombofilia, un trastorno sanguíneo que aumenta la tendencia a la coagulación en el lecho vascular de la placenta en desarrollo temprano. La formación de coágulos puede suponer el fallo en la implantación o, incluso, un aborto espontáneo si no se trata a tiempo.
Adiro: medicamento para la prevención cardiovascular
Se trata de un fármaco que ayuda a prevenir posibles trombos. Su principal componente es el ácido acetilsalicílico. El Adiro impide que las plaquetas se agreguen cuando se coagula la sangre, previniendo así la aparición de los trombos.
¿Para qué tipo de personas está indicado el Adiro?
El Adiro se aconseja a aquellas personas que tengan riesgo de aparición de trombos o las personas que hayan padecido un ictus o infarto. A continuación, os mostramos algunos casos más concretos:
- Personas que han padecido un infarto de miocardio.
- Personas que han tenido una angina de pecho.
- Después de un bypass coronario.
¿Quién no debe tomar Adiro?
En ocasiones la toma de Adiro puede ser contraproducente si la persona tiene alguna patología que vaya a dificultar su caso en vez de mejorarlo. Por ello, os presentamos algunas situaciones a tener en cuenta:
- Si la persona tiene o ha tenido molestias gástricas en repetidas ocasiones, incluso hemorragias gástricas en casos más graves.
- Si la persona padece hemofilia o es propensa a padecer hemorragias internas, entre otros trastornos de coagulación.
- Si la persona tiene problemas graves de corazón.
- Si la mujer está embarazada, más concretamente, en su tercer trimestre de embarazo o en periodo de lactancia.
- Menores de 16 años: Este sector poblacional en estado febril o con gripe puede propiciar la aparición del Síndrome de Reye.
- Personas que padezcan insuficiencias cardíacas y renales graves por el riesgo que puede suponer.
Posibles efectos secundarios del Adiro
Debido al efecto que tiene este fármaco sobre la agregación plaquetaria, esto puede provocar complicaciones como la hipoperfusión, es decir, una drástica reducción de los niveles de sangre que trascurren por los órganos y tejidos del cuerpo. Así pues, el riesgo de padecer una hemorragia aumenta y, a su vez, provoca fatiga, mareos o falta de hierro, entre otras cosas.
Por otro lado, una de cada diez personas padece trastornos gastrointestinales como úlceras, vómitos o ardor estomacal. También, problemas respiratorios como rinitis, bronquitis o congestión nasal.
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