Estamos cansadas de escuchar que los 40 son los nuevos 30. A los 40, las mujeres están en plenitud física, seguramente será su mejor momento a nivel laboral, tienen capacidad económica, independencia… Pero, por desgracia, y a pesar de lo que a priori pueda parecer, el reloj biológico no perdona. Por mucho que una mujer se cuide, el ejercicio físico y la dieta mediterránea no son suficientes para aumentar la cantidad de óvulos y mejorar su calidad, sino que, a pesar de ello, la reserva ovárica va disminuyendo a medida que pasan los años.
Es por ello que, en IVI, hemos organizado un encuentro muy especial que tuvo lugar ayer, 5 de marzo, en el Restaurante ALEA en Málaga, para hablar de la prevención de la infertilidad, tratando la preservación de la fertilidad desde diferentes puntos de vista. Fue una merienda en la que, además de colaborar especialistas de IVI Málaga y Benalmádena, contó con la participación de una selección de blogueras malagueñas especializadas en temas actuales de maternidad y moda desde diferentes perspectivas.
En la foto, de izquierda a derecha: Rocío Domínguez, psicóloga de IVI Málaga y Benalmádena; Anabel Salazar, directora de ambas clínicas; Rocío Corrales, enfermera y paciente de preservación de fertilidad; Marina Fernández, periodista de la Opinión de Málaga; Virginia Carmona, del blog Vístete como puedas; y, por último, Rocío Quiroga, directora del laboratorio de FIV de IVI Málaga y Benalmádena.
La ovulación, ¿cómo funciona?
Cada mujer nace con un número finito de óvulos. Las niñas suelen tener alrededor de un millón de estas células inmaduras. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, tan solo quedan en el organismo unos 300.000 óvulos, que se irán perdiendo poco a poco en el tiempo.
Durante la etapa reproductiva de la mujer, ésta cuenta con 400 óvulos aproximadamente, es decir, los que proceden de la propia ovulación, de los óvulos liberados por los ovarios cada 28 días del ciclo. En la ovulación, cada mes uno de los ovarios libera el óvulo maduro, y lo empuja para que éste pueda ir descendiendo por la trompa de Falopio correspondiente, con el fin de que pueda ser fecundado en su llegada al útero. Cuando el óvulo no llega a fecundarse, se desintegra y se pierde con la menstruación.
Junto a los propios óvulos, la reserva ovárica y la calidad ovocitaria son los protagonistas durante la época en la que la mujer toma la decisión de ser madre.
Mamás cada vez mayores
En los últimos 10 años, se ha observado un cambio en el perfil de las pacientes que acuden a IVI a realizarse un tratamiento de fertilidad, basado en el aumento de la edad de las pacientes. En 2003, la mayor parte de las pacientes en España tenían entre 33 y 35 años; una década después, gran parte de ellas está entre los 36 y los 40 años. ¿Qué ha pasado?
Sin duda, la escasa conciliación familiar y laboral de las empresas, los horarios interminables y los empleos en los que uno sabe cuándo entra pero jamás cuándo sale, hacen que la presión para crecer en el terreno laboral y conseguir las metas se convierta en el enemigo número uno de la maternidad.
La caída de la fertilidad, el riesgo de aparición de enfermedades genéticas en la descendencia, o la amenaza de parto prematuro, unidos a que se trata de algo anti natura, son los argumentos más relevantes que deberán hacer a las futuras mamás plantearse tener un hijo antes de cumplir los 40.
Preservación de la fertilidad contra el reloj biológico
La vitrificación de ovocitos es, junto con la congelación de la corteza ovárica, el tratamiento más utilizado para la preservación de la fertilidad. El procedimiento es sencillo: se estimula el útero de las pacientes para obtener el mayor número de ovocitos posible, éstos se extraen y se introducen en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC; un proceso que no dura más de dos semanas de media.
La preservación de la fertilidad ha experimentado un cambio radical desde que se comenzó a practicar en España en 2006. Este tratamiento fue, en un principio, concebido para aumentar las tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida en diferido, es decir, cuando los óvulos, embriones y espermatozoides no son frescos.
Se ha producido un importante incremento en el número de mujeres que han decidido preservar su fertilidad por motivos sociales. En 2013 preservaron su fertilidad en IVI un total de 341 mujeres. En Málaga y Benalmádena, se realizaron durante 2014, año de apertura e inicio de la actividad de las clínicas, un total de 37 tratamientos de vitrificación en aquellas mujeres que no han querido renunciar a ser mamás en el futuro.
IVI puso en marcha en 2007 el Programa “Ser Padres después del Cáncer”, gracias al que más de 900 pacientes con cáncer han preservado su fertilidad de manera gratuita antes del comienzo de su tratamiento oncológico, la mayor parte mujeres. En este tipo de pacientes, la edad media oscila entre los 27 y los 38 años, aunque los 30 es la edad media en la que mayor número de pacientes vitrifican sus gametos.
Con este programa hemos conseguido ayudar a traer al mundo cuatro bebés de mamás que han superado un cáncer, y hay dos que están ya en el camino, por lo que dentro de poco ya serán seis maravillosos y esperados bebés.
La realidad, por tanto, nos muestra que a partir de los 35 años la fertilidad desciende en picado y, es por ello por lo que se recomienda preservar la fertilidad antes de los 36, cuando la reserva ovárica es aún abundante y los ovocitos conservan su calidad.
2 comentarios
Buenas tardes, voy a cumplir 46 y ya tengo 2 hijas de 15 y 13 años. Cabría la posibilidad de tener un tercero ahora??
Poder se puede, fácil no es. Conseguir un embarazo de manera natural a partir de los 40 años es difícil pero no imposible. Si de verdad quieres volver a tener un hijo, te recomendamos que te pongas ya en manos de una clínica de reproducción asistida. Si quieres que sea un equipo de IVI tienes que llamar al 900847300