Dentro del proceso para lograr el embarazo, existen diferentes etapas que se deben superar para alcanzar la gestación. Para que esto ocurra, en caso de haberse realizado un ciclo de FIV, se tiene que realizar la transferencia embrionaria.
Entre los aspectos a valorar de la transferencia se encuentran: la calidad del embrión, la receptividad del endometrio y la técnica de la transferencia, es decir, el momento de depositar embriones en el útero de la mujer.
Por otra parte, surge la duda de cuándo realizar la transferencia, pues bien, el cultivo prolongado hasta blastocisto permite seleccionar el embrión que tenga mayor potencial de implantación. Esto significa que es más eficiente hacerlo más tarde, descartando los días 2-3 de desarrollo.
Pero, esto no es todo, por eso hoy hablamos sobre la importancia de la calidad de los blastocistos, los criterios que se utilizan para seleccionar los embriones, si es mejor realizar la transferencia embrionaria en día 5 o en día 6 y si es realmente necesario guardar reposo después del procedimiento.
¿Por qué es importante la calidad de los blastocistos?
Es de vital importancia debido a sus múltiples ventajas, entre las cuales destacamos que en esta fase se permite que la selección del embrión sea lo más acertada posible, al presentarse un embrión con más días de desarrollo y mayores probabilidades de éxito. Además, los blastocistos de buena calidad tienen muchas posibilidades de conseguir el éxito en la gestación.
Entre las principales ventajas de la transferencia embrionaria de un blastocisto en un ciclo de FIV encontramos:
- Aumento de las probabilidades de éxito en la gestación.
- Reducción de embarazo múltiple, ya que no es necesario transferir más de un embrión.
- Disminución del número de embriones criopreservados por ciclo.
- Sustitución de la biopsia en estadio de células por la biopsia de trofectodermo, la cual permite extraer mayor cantidad de células y analizar su ADN.
¿Cómo se seleccionan los embriones?
Para seleccionar un embrión se tiene en cuenta, principalmente, cuál de ellos tiene mayores probabilidades de implantación, siendo la opción prioritaria el D5. Sin embargo, si existiera un D6 con mayor calidad y/o estén confirmados como embriones euploides, frente a un D5, el seleccionado sería el D6.
En la mayoría de los casos se seleccionan los blastocistos D5 porque tienen un mayor potencial de implantación. Y, por lo contrario, los embriones D6 pueden necesitar ajustes en la preparación endometrial, especialmente en ciclos de transferencia de embriones congelados.
También, se debe tener en cuenta que el endometrio tiene que estar receptivo en el momento de la transferencia porque es en ese momento cuando está preparado para recibir, adherirse y albergar el embrión.
¿Cuál es el mejor día para hacer la transferencia de embriones?
Está indicado que el quinto día de desarrollo embrionario es el óptimo. Esto se debe a que se puede realizar una selección con mayores opciones de gestación exitosa cuando la fase de desarrollo embrionario está más avanzada, es decir, cuando se prolonga en el tiempo el cultivo. Dicho aumento favorece la posibilidad de transferir un solo embrión y que se pueda llevar a cabo un diagnóstico genético de los embriones. Además, se considera que el desarrollo embrionario en día 5 es señal de salud embrionaria y mayor potencial de implantación.
Sin embargo, si el proceso se ralentiza hasta el día 6, su desarrollo será más lento. Esto no descarta que el desarrollo se complete con éxito, pero sí existen mayores probabilidades de que se presenten anomalías cromosómicas.
Tasa de implantación, gestación y recién nacido vivo
Según múltiples estudios, la tasa de éxito en el embarazo aumenta si la transferencia embrionaria se realiza en día 5, siendo los resultados positivos mayores en comparación con los blastocistos transferidos en día 6.
Si se tienen en cuenta solamente los embriones euploides, la diferencia entre día 5 y 6 es menos significativa. Por tanto, se entiende que si existe una normalidad cromosómica se tiende a compensar la desventaja del desarrollo más lento.
Sin embargo, la calidad embrionaria es de vital importancia. Tanto es así que, si un blastocisto de día 6 fuera de buena calidad podría llegar a superar a otro de día 5 pero de mala calidad, especialmente en mujeres jóvenes.
¿Por qué los embriones de día 5 suelen tener mejores resultados?
- Un desarrollo más rápido suele ser indicativo de mejor salud metabólica y genética.
- Los blastocistos de D5 tienen más probabilidades de ser cromosómicamente normales que los de D6.
- Los embriólogos suelen priorizar los embriones de D5 para transferir y/o congelar, por lo que los de D6 pueden constituir un grupo más heterogéneo.
¿Hay que tener reposo absoluto tras la transferencia de embriones?
La respuesta correcta es: no necesariamente. El reposo absoluto no tiene por qué ser necesario, ya que la transferencia de embriones no está relacionada directamente con la actividad física. Por tanto, la paciente podrá hacer vida normal, entendido esto como tener posibilidad de realizar ejercicio físico que no requiera un gran impacto.
¿Es normal sentir dolores tras la transferencia embrionaria?
Tras esta intervención la paciente podrá presentar dolores leves en consecuencia de la administración de medicación y la consiguiente manipulación uterina de la intervenida. Entre los dolores leves destacamos: dolor de cabeza, vientre o espalda. No obstante, si el dolor es persistente o es especialmente intenso, le recomendamos consultarlo con un especialista.
Conclusiones
Los blastocistos de día 5 generalmente muestran mejores tasas de éxito para implantación y recién nacido vivo. Sin embargo, si un blastocisto de día 6 es seleccionado frente a otro de día 5 será o porque es de mejor calidad y/ euploide.
Por otro lado, los factores que destacan para conseguir el éxito son la calidad del embrión y la normalidad genética. A su vez, los protocolos personalizados y una adecuada sincronización endometrial pueden optimizar los resultados independientemente del día de blastulación.
El objetivo final es seleccionar el embrión con la mayor probabilidad de resultar en un embarazo viable, independientemente de si alcanza el estadio de blastocisto en día 5 o día 6.