Uno de los temas que más atención despiertan en el campo de la reproducción asistida son los embriones. En concreto, el proceso que estos siguen hasta que se produce la implantación en el útero de la futura mamá. Este interés se ha avivado especialmente en los últimos años, no solo desde la vertiente más científica, sino también desde el punto de vista social.
Por ello, os queremos hablar sobre un descubrimiento reciente, cuyo estudio fue presentado en el XI Congreso de la ASEBIR, donde además fue premiado: la eclosión asistida para elevar la tasa de gestación en casos de colapso embrionario.
¿Qué implica que los embriones colapsen?
Como decíamos, en una investigación liderada por el Dr. Marcos Meseguer, embriólogo y supervisor científico de IVI, se ha observado gracias a los sistemas Time-Lapse que, aproximadamente, el 20% de los embriones colapsan durante su desarrollo. Es decir, que en estos embriones se produce la separación de más de la mitad de las células del trofoectodermo de la zona pelúcida. Esto implica una reducción significativa en el potencial de implantación de estos embriones.
“La zona pelúcida es como una cáscara, una barrera protectora que tiene el embrión. Esta está formada por proteínas y azúcares, y es elástica y moldeable, con lo que puede adaptarse al crecimiento del embrión. Sería algo similar a la cáscara de un huevo. A medida que crece el embrión, esta se va quebrantando para permitirle salir. El trofoectodermo, por su parte, es el grupo de células que llegan al endometrio y lo invaden, dando lugar a la placenta. Realmente el trofoectodermo forma gran parte de la estructura del blastocisto, que crece hasta romper la zona pelúcida, como hemos apuntado”, explica el Dr. Meseguer.
La importancia de la eclosión asistida en casos de colapso embrionario
Es ante esto cuando surge el estudio “La eclosión asistida como alternativa para la mejora de los resultados en blastocistos con colapso espontáneo evaluado mediante sistema time-lapse”. Como decíamos este estudio ha estado liderado por el Dr. Meseguer, además de presentado y premiado recientemente en la XI edición del Congreso ASEBIR (Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción), celebrado hace unos meses en Toledo.
“Se trata de un estudio que muestra un incremento significativo en cuanto a las tasas de gestación en el grupo de embriones colapsados durante su desarrollo, a los que se realiza una eclosión asistida (Assisted Hatching –AH, por sus siglas en inglés–) tras desvitrificarlos, pasando de un 48% a un 60%. Esto iguala sus posibilidades de éxito al resto de embriones que no colapsan durante su desarrollo. Gracias a los incubadores Time-Lapse y a la Inteligencia Artificial podemos detectar de manera automática y precisa este fenómeno de colapso. Esta tecnología es necesaria para poder identificar estos embriones con menor potencial reproductivo”, añade el Dr. Meseguer.
La eclosión asistida o assisted hatching se llevó a cabo con láser, eliminando una cuarta parte de la zona pelúcida del embrión. El objetivo era el de probar que la menor implantación de embriones colapsados se puede revertir mediante está técnica de eclosión asistida en embriones que se desvitrifican para ser transferidos.
“A pesar del efecto nocivo del colapso en el potencial reproductivo del embrión, el AH nos ayuda a optimizar el potencial reproductivo del embrión, por lo que se perfila como una técnica a incorporar en la rutina de los laboratorios de fecundación in vitro (FIV) para mejorar las tasas de gestación e implantación, mejorando en última instancia los resultados de los pacientes en sus procesos de reproducción asistida”, concluye el Dr. Meseguer.
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