Son muchas las pacientes que en consulta nos preguntan sus dudas sobre el seguimiento médico que llevarán de su embarazo logrado gracias a la Reproducción Asistida y si dicho control gestacional es diferente al que pasan las mujeres embarazadas de forma espontánea. Por ello, le hemos pedido a la Dra. Inés Olmo, ginecóloga de la Unidad Materno-Fetal de IVI Valencia, que nos cuente cómo son los controles maternofetales en embarazos de reproducción asistida.
Seguimiento tras la transferencia embrionaria
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta un 9% de los niños que nacieron en España en 2018 fueron concebidos a través de técnicas de reproducción asistida y esa cifra probablemente aumente en los próximos años. Por ello, merece la pena que se preste una especial atención al seguimiento de estos embarazos y a la asistencia a su parto.
El control del embarazo de estas mujeres es muy similar al de aquellas que su embarazo ha sido concebido espontáneamente, salvo por unas determinadas peculiaridades que os voy a contar a continuación.
En primer lugar, en estos embarazos, ya a los 11 días de la trasferencia embrionaria en la Fecundación In Vitro (FIV) o a los 14 días en el caso de la Inseminación Intrauterina, vamos a solicitar una analítica de la hormona β-hCG en sangre (“hormona del embarazo”). Si esta es positiva, indicará embarazo, y se realizará la primera ecografía entre las 5ª-7ª semanas de gestación, de ese modo confirmaremos la localización intrauterina del saco gestacional (descartando el embarazo ectópico, más frecuente en este tipo de embarazos). Conoceremos si la evolución de la gestación es adecuada (detección precoz de abortos) y diagnosticaremos si se trata de un embarazo gemelar (son más frecuentes en reproducción asistida, aunque en los últimos años se está reduciendo debido a la trasferencia de un único embrión y la mejora de las técnicas de reproducción asistida).
Controles gestacionales en el primer trimestre
A continuación se concierta, como en el resto de embarazos, una primera consulta prenatal a lo largo del primer trimestre, (preferentemente en la semana 9-10) que permitirá la recogida de antecedentes médicos personales y familiares de la embarazada, realización de una exploración física incluyendo toma de TA, cálculo de IMC, solicitud de una primera analítica (incluye hemograma, TSH, grupo sanguíneo, Rh y presencia de anticuerpos irregulares, niveles de azúcar en sangre, detección de enfermedades infecciosas como hepatitis, VIH, cultivo de orina, citología cervico-vaginal si precisa). Se proporcionan consejos nutricionales y sobre actividad física y laboral y se identifican riesgos específicos. También se solicitará la primera ecografía, ya de diagnóstico prenatal, que se realiza alrededor de las 12 semanas y se encarga de detectar si el feto tiene riesgo de alteraciones cromosómicas (Vg sd. Down). Para calcular ese riesgo de alteraciones cromosómicas se actúa en todos los casos igual, se tiene en cuenta la medida del pliegue nucal obtenido por ecografía, unos valores hormonales recogidos en sangre materna y la edad del óvulo. Aquí sí que debemos tener en cuenta que en gestaciones tras donación de ovocitos la edad corresponderá a la de la donante y no de la receptora, de forma similar a cuando se usan ovocitos o embriones previamente vitrificados, la edad corresponderá a la del momento de vitrificación. Se recomienda que en esta ecografía de 12 semanas también se realice un estudio Doppler de arterias uterinas por el mayor riesgo que existe de HTA del embarazo (preeclampsia) en las gestaciones por RA.
A partir de aquí se realizan consultas prenatales sucesivas, más o menos cada 4 semanas, hasta la semana 36, y cada 2 semanas hasta la semana 40, debiendo finalizarse el embarazo no más allá de la semana 41. En ellas se actualiza información sobre la evolución del embarazo.
Seguimiento maternofetal en el segundo y tercer trimestre
En el segundo trimestre se realiza un estudio ecográfico entre las semanas 18 a 22 para detección de malformaciones fetales, que en las gestaciones por RA sigue una sistemática idéntica a la de la población general, y la realización de una segunda analítica (que incluye el test de O’Sullivan para detección de diabetes gestacional). Debido a la mayor tasa de gestaciones múltiples y el mayor riesgo de parto prematuro en los embarazos de RA, se aconseja la medición de cérvix uterino por ecografía transvaginal.
Ya en el tercer trimestre está indicada la realización de una ecografía alrededor de las semanas 32 a 36. En el caso de embarazos de RA es recomendable ofrecer adicionalmente entre las semanas 28 a 32 una exploración ecocardiográfica. Se solicita la analítica de 3.º trimestre y se realiza la toma de cultivo frente a Streptococo Agalactiae. Todas las embarazadas deben ser vacunadas frente a la tosferina entre la semana 27 a la 36. Y a aquellas mujeres Rh negativas también se les administrará la Inmunoglobulina anti-D.
Igual que en el resto de embarazos, se realizará vacunación frente al virus de la gripe a todas las gestantes durante los periodos estacionales susceptibles de contagio.
Lo más importante del control gestacional
La finalización del embarazo sigue los mismos criterios que el resto de gestaciones.
Por tanto, y ya para finalizar, podemos destacar que:
- El control de un embarazo logrado por RA es esencialmente idéntico al de un embarazo espontáneo
- Ciertas peculiaridades de los embarazos tras RA hacen que precise de ciertas acciones adicionales
Ginecóloga de la Unidad Materno-Fetal
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