Esta semana ha salido a la palestra un tema que ha despertado un gran interés social y mediático: Los popularmente conocidos como “embriones de tres padres”.
Todo ha sucedido a raíz de que el Parlamento británico diera luz verde a esta novedosa técnica, convirtiéndose así en el primer país que aprueba su uso, con un total de 382 votos a favor y 128 en contra.
Este procedimiento reproductivo consiste en implantar el núcleo del óvulo de la paciente con ADN defectuoso en el citoplasma del óvulo sano de la donante, para ser fecundado posteriormente por el espermatozoide del futuro padre, con el fin de evitar la transmisión de enfermedades degenerativas. Este tipo de anomalías mitocondriales afectan normalmente a los órganos que precisan de energía y pueden ocasionar múltiples patologías relacionadas con el deterioro cerebral, la atrofia muscular e incluso alteraciones en el corazón.
Han sido suficientes 15 años de experimentación en primates con resultados favorables para que Reino Unido se lance a su práctica experimental en humanos, aunque esta decisión no ha estado exenta de críticas. Como en todo, hay detractores, que no están dispuestos a asumir los riesgos que asocian a esta técnica, así como defensores del progreso, que creen firmemente en los beneficios que puede aportar su uso a la medicina en general y a la reproducción asistida en particular. A este último grupo pertenecen los más de 40 científicos de todo el mundo, entre los que se incluyen 14 Premios Nobel, que han respaldado firmemente la petición.
Lo que está claro es que si la Cámara de los Lores refrenda la enmienda a la ley, el próximo mes de octubre podrían empezar a gestarse los primeros embriones logrados mediante este método, ayudando así a 1 de cada 6.500 bebés que, de lo contrario, nacerían con alguna de estas enfermedades neurodegenerativas.
En cualquier caso, y atendiendo al debate del número de padres que se precisa para gestar un bebé, en IVI siempre recordamos a los grupos de discusión que madre y padre no hay más que uno y son la pareja que decide tener un hijo, en este caso un hijo sano que la reproducción natural no les permite tener.
¿Un bebé de dos óvulos diferentes?
Esta técnica reproductiva dota al embrión de ADN de dos mujeres: el nuclear de la madre y el mitocondrial de la donante, pero lo cierto es que esta última solo aporta un 0,1% de ADN mitocondrial, el cual no aportará los rasgos genéticos al nuevo individuo.
Así pues, dado que el bebé recibirá prácticamente la totalidad de la información genética de sus progenitores, queda claro que afirmar que tendrá dos madres es casi disparatado, como lo sería pensar de este modo cuando se trata de otras técnicas como las donaciones de semen y óvulos o la maternidad subrogada –que, si bien está prohibida en España, se realiza en otros países-.
Lo que no debemos perder de vista es que se trata de una técnica avanzada que, si experimentalmente en humanos demuestra su efectividad como lo ha hecho en primates, permitirá cumplir el sueño de muchas parejas que desean ser padres de un niño sano.
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