Todo proceso de reproducción asistida consta de varias fases, incluida la estimulación ovárica. Esta etapa es la administración de medicación hormonal, con el objetivo de estimular el desarrollo folicular, para lograr un número óptimo de ovocitos maduros. Estos, en un proceso de Fecundación In Vitro (FIV), se obtienen por medio de la punción y se fecundan en el laboratorio, con semen de la pareja o de un donante. El síndrome de hiperestimulación ovárica se da en menos del 2% de los tratamientos de reproducción asistida, gracias a las revisiones exhaustivas y los controles ecográficos. Es un riesgo existente, pero que tratamos de minimizar. Por ello, abordamos la hiperestimulación ovárica a lo largo de este artículo.
Qué es la hiperestimulación
El síndrome de hiperestimulación ovárica se produce a consecuencia de la estimulación de los ovarios. Durante esta fase los especialistas pautan la administración de gonadotropinas a la paciente. Estas hormonas influyen en las funciones de las gónadas -la hormona foliculoestimulante (FSH) o LH-. Esta fase de estimulación ovárica concluye con una última inyección de la hormona beta-hCG, para desencadenar la ovulación. Aproximadamente 36 horas después de realiza la punción de los ovocitos.
La hiperestimulación ovárica consiste en que el cuerpo responde de forma excesiva a la medicación hormonal, en concreto a la beta-hCG, durante la fase lútea.
Los ovarios aumentan de tamaño y comienzan a secretar hormonas y sustancias vasoactivas, en cantidades excesivas. Este líquido puede derivarse a la cavidad abdominal y los pulmones.
En casos raros puede llevar a complicaciones que necesiten ser tratadas de forma hospitalaria.
Síntomas de la hiperestimulación
El síndrome de hiperestimulación ovárica puede presentarse en tres intensidades: leve, moderado o grave. Si bien, en la mayoría de los casos, se queda en una gravedad menor.
Hiperestimulación leve
Niveles elevados de estradiol y progesterona. El tamaño de los ovarios ha aumentado ligeramente. Los síntomas de la hiperestimulación leve son malestar, ligero dolor abdominal, sensación de hinchazón, náuseas, vómitos y diarrea.
Hiperestimulación moderada
A los cambios hormonales y el crecimiento de los ovarios se semana que la paciente presenta molestias e hinchazón en la zona abdominal. Los síntomas en este caso también pueden incluir náuseas, vómitos y diarrea. Además de hinchazón en manos y pies o incluso dificultad para respirar.
Hiperestimulación grave
El diámetro de los ovarios aumenta de forma significativa y los niveles hormonales están completamente alterados. Se produce, además, un aumento de peso diario por el exceso de líquido. Los síntomas, por tanto, también pueden ser más graves e incluyen: dificultad respiratoria, vómitos y diarrea agudos, ascitis (flujo de líquido hacia la cavidad abdominal), insuficiencia renal, trastornos de la coagulación y eventos tromboembólicos.
Factores de riesgo de la hiperestimulación
El síndrome de hiperestimulación ovárica puede aparecer en cualquier paciente de FIV, sin embargo, se han determinado una serie de factores de riesgo. Este fenómeno afecta más a pacientes de menos de 35 años con ovarios muy reactivos, que son capaces de producir gran cantidad de folículos. Además, las pacientes diagnosticadas de Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) o aquellas con muy poca o demasiada masa corporal también tienen más probabilidades de sufrirlo.
Por tanto, la estimulación ovárica puede no ser aconsejable en algunos casos dadas las posibles consecuencias de la hiperestimulación ovárica:
- Antecedentes de accidente cerebrovascular
- Antecedentes de otros accidentes como trombosis o embolia
- Trastornos hemorrágicos graves
- Antecedentes graves de alergias o atopia
Según lo analizado por diversos especialistas, el riesgo de hiperestimulación ovárica se reduce con protocolos de Fecundación In Vitro basados en el uso de antagonistas de la Gn-Rh, que con tratamientos con agonistas de Gn-Rh. Los antagonistas o agonistas de Gn-Rh se utilizan para bloquear o saturar los receptores hipofisarios al inicio de la estimulación ovárica, con el fin de inhibir la actividad de la glándula pituitaria y prevenir la ovulación espontánea.
¿Existe tratamiento para el síndrome de hiperestimulación ovárica?
El síndrome de hiperestimulación ovárica suele resolverse de forma espontánea. Cuando este se presenta de forma leve o moderada, el especialista puede prescribir reposo y la toma de un antiespasmódico. Si el síndrome es grave puede que la hospitalización sea necesaria. En este caso habrá que tratar los síntomas de la hiperestimulación. Por ejemplo, la administración de anticoagulantes puede ayudar a prevenir trombosis y embolias, la evacuación de líquidos mediante punción puede aliviar la ascitis, etc.
¿La hiperestimulación se puede evitar?
El primer paso para prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica es la detección de pacientes con factores de riesgo. Es probable que manifiesten una excesiva respuesta a la estimulación. Esta detección se realiza al inicio del proceso de FIV y, en caso de detectar algún factor de riesgo (SOP, número elevado de folículos antrales, IMC muy alto o muy bajo) el tratamiento hormonal se personalizará a la paciente.
Además, es necesario hacer un seguimiento exhaustivo de cómo responde el cuerpo de la paciente, en todos los casos durante la estimulación ovárica. Esto se hace mediante analíticas de sangre y ecografías. Cuando la reacción de los ovarios parece excesiva, a lo largo del tratamiento se deben ajustar las dosis hormonales para estimular el crecimiento folicular y provocar la ovulación. En caso necesario, el especialista podría llegar a suspender el tratamiento durante unos días.
¿Es posible el embarazo con hiperestimulación ovárica?
El síndrome de hiperestimulación ovárica no previene el embarazo. Sin embargo, si este síndrome se presenta de forma grave puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro o diabetes gestacional. En determinados casos, es posible que el embarazo mantenga o incluso empeore los síntomas del síndrome de hiperestimulación ovárica debido a los niveles de beta-hCG secretados por el trofoblasto (la capa externa de células que rodean al embrión). Controles exhaustivos al inicio de la gestación ayudarán a minimizar las consecuencias negativas de una posible hiperestimulación.
En IVI cada caso es tratado de forma única y personalizada. Una vez realizado el diagnóstico de fertilidad y de los posibles factores de riesgo que lleven a una hiperestimulación ovárica, tu equipo médico diseñará un protocolo para ti. Consúltanos tus dudas o pide cita en una de nuestras clínicas completando el formulario que encontrarás debajo de este texto.
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