Cuando se afronta un proceso de gestación, se sabe que tanto embrión como endometrio son dos actores protagonistas. En el marco del 38º Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), los doctores Juan Antonio García Velasco y Elkin Muñoz que analizan la influencia de ambos en el fallo recurrente de implantación y el embarazo bioquímico.
¿Qué es el fallo de implantación y qué lo ocasiona?
Se produce el fallo de implantación cuando no se logra el embarazo después de la transferencia de 2 embriones cromosómicamente normales o 4 blastocistos. Cuando esto sucede, cabe preguntarse ¿Cuál es la causa que lo ha ocasionado? ¿Se deberá al endometrio o al embrión? Esta cuestión ha motivado numerosas investigaciones y dado lugar a diferentes hipótesis en relación al protagonismo de estas dos variantes en la implantación embrionaria.
En este sentido, el Dr. García Velasco, director científico de IVI, ha ofrecido en esta edición de la ESHRE una sesión invitada por el Grupo Merck, hablando sobre los “Mitos y realidades de la receptividad endometrial en Reproducción Asistida”. En ella ha perfilado los aspectos clave del análisis para lograr el éxito en tratamientos de reproducción asistida.
“Cuando hablamos de ‘fallo recurrente de implantación’, un concepto que se ha redefinido recientemente, sabemos que lo que falla en la mayoría de los casos es el embrión. En este sentido, se vuelve fundamental saber cómo son los embriones ‘por dentro’. Es decir, ir más allá de la morfología, de lo que vemos en el microscopio, y estudiarlos en profundidad. Y para ello, el diagnóstico genético preimplantacional (PGT-A, por sus siglas en inglés) nos ayudará a confirmar si los embriones son cromosómicamente normales o no, algo que explica, no todos, pero la inmensa mayoría de los fallos de implantación”, explica el Dr. García Velasco.
Aspectos que influyen en el éxito de los tratamientos
Actualmente, en los centros de reproducción asistida se estudian diversos parámetros que tienen influencia, mayor o menor, en el éxito de los tratamientos. Algunos de ellos serán especialmente relevantes para la mejora de los resultados de esta tipología de pacientes, otros tal vez no tanto.
Un aspecto sencillo pero que guarda una clara relación con el éxito reproductivo es el grosor endometrial. Si este no alcanza los 6-7 milímetros los resultados serán peores. Pero, ¿continúa siendo la transcriptómica endometrial tan revolucionaría como parecía en sus inicios?
“Los muchos test de receptividad que hay en el mercado son herramientas muy interesantes, pero no benefician a todos los pacientes por igual. Tenemos un largo camino por hacer para entender en qué pacientes tienen mejor resultado este tipo de técnicas. Lo mismo sucede con nuevos campos de estudio como la microbiota endometrial y vaginal, y la endometritis crónica; dos áreas atractivas y prometedoras, con amplias perspectivas. No obstante, tenemos aún que clarificar los criterios diagnósticos y, sobre todo, el perfil de pacientes a las que van a beneficiar, así como confirmar que los tratamientos de las anomalías encontradas mejoran realmente el pronóstico de las pacientes”, concluye el Dr. García Velasco.
La ciencia avanza cada día, perfilando nuevos horizontes que hace que los profesionales de nuestro sector se encaminen a diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados, con el objetivo de cumplir el deseo gestacional de las pacientes en el menor tiempo y con las mayores garantías. Conocer, elegir y aplicar las técnicas más óptimas en cada caso supone estar cada día un paso más cerca del objetivo.
Pérdida bioquímica de embarazo: ¿Embrión o endometrio?
Como hemos dicho, ambos son parte fundamental del proceso de gestación. A pesar de que a día de hoy no se conocen ciertamente las causas de la pérdida bioquímica de embarazo, hay diversos factores que se relacionan con esto. Algunos de ellos podrían estar relacionados con la edad, óvulos y embriones de baja calidad o una receptividad endometrial alterada.
“El embarazo bioquímico es una situación muy frecuente en la reproducción natural, pero más aún en la reproducción asistida. Se produce cuando, tras la fecundación de un óvulo y la implantación del embrión en el útero materno, el proceso de desarrollo embrionario se interrumpe al cabo de unos días y el embarazo deja de evolucionar. Su mayor frecuencia en el ámbito de la reproducción asistida se debe a que nosotros estamos atentos al incremento en los niveles de la hormona del embarazo en sangre de las pacientes de forma temprana, por lo que detectamos más embarazos bioquímicos que en la gestación natural”, comenta el doctor Elkin Muñoz, director de IVI Vigo y A Coruña.
Estudio sobre la relación del embrión o endometrio en los embarazos bioquímicos
Este es el aspecto que ha motivado el estudio “Is biochemical pregnancy loss (BPL) associated with embryo or endometrium? A multicentre retrospective study with +7000 cases”, liderado por el Dr. Muñoz y presentado en la actual edición de la ESHRE, celebrada estos días en Milán.
“Se trata de un trabajo retrospectivo con una muestra de más de 7.000 casos de pacientes y una duración de 8 años, que da como resultado una tasa general de embarazo bioquímico del 8%. Esta frecuencia hemos visto que no se reduce tras analizar los embriones en su contenido cromosómico o analizando la receptividad endometrial. Por tanto, es necesario aprender más acerca del fenómeno intrínseco que lleva al embarazo bioquímico para poder avanzar en su prevención”, apunta el Dr. Muñoz.
Estos 7.000 casos estudiados se han dividido en 4 grupos:
- Pacientes cuyos embriones se estudiaron con el objetivo de seleccionar aquellos cromosómicamente normales
- Pacientes a las que se les realizó un estudio de receptividad endometrial
- Pacientes que recibieron dos análisis, cromosómico y endometrial
- Por último, pacientes pertenecientes al grupo de control a las que solo se les realizó una FIV convencional
“Aunque la tasa de embarazo bioquímico se muestra ligeramente menor en el grupo con un mayor nivel de análisis –PGT-A y test de receptividad endometrial-, lo cierto es que, conforme adelantábamos, las diferencias no son estadísticamente significativas. Esto nos lleva a concluir que debemos seguir investigando las causas de un problema que aún no está resuelto y que afecta a casi 1 de cada 10 mujeres embarazadas”, concluye el Dr. Muñoz.
Los comentarios están cerrados.