En los últimos años, el impacto del factor masculino en la fertilidad ha experimentado un cambio significativo, mostrando una creciente conciencia acerca de la salud reproductiva de los hombres.
Históricamente, el debate se ha centrado en la fertilidad femenina, pero estudios recientes destacan la importancia de abordar este tema también desde la perspectiva masculina, reconociendo su impacto directo en los resultados reproductivos.
En este contexto, IVI ha realizado un estudio acerca de las “Actitudes hacia la fertilidad masculina”, una encuesta realizada por la empresa referente en análisis de mercado GFK, que muestra el comportamiento y percepción de los hombres entre 30-50 años respecto al impacto del factor masculino en la fertilidad.
Y es que, más de la mitad de los hombres (53%) encuestados, entre 30 y 50 años, asegura no haber visitado nunca al urólogo. Solo un 25% reconoce haberlo hecho puntualmente, y un 22% lo hace con frecuencia anual.
“Si bien es cierto que se percibe un incremento de las consultas preventivas, pues el hombre está perdiendo, aunque lentamente, el miedo o la vergüenza a ir al médico, aún hay mucho camino por hacer. SI lo comparamos con la especialidad ginecológica, en el caso de las mujeres, el hombre visita con una frecuencia mucho menor al urólogo. La frecuencia de los chequeos urológicos recomendados varía según la edad, factores de riesgo y antecedentes familiares. En cuanto a hombres de 18 a 40 años: Generalmente, las revisiones urológicas no son estrictamente necesarias en este grupo de edad, salvo que existan factores de riesgo como antecedentes familiares de cáncer prostático o problemas testiculares. Un chequeo cada 2-3 años es adecuado en la mayoría de los casos. Y los hombres de 40 a 50 años, que deberían someterse a una revisión urológica al menos cada 2 años, especialmente para evaluar el riesgo de cáncer de próstata. Para los mayores de 50 años, una visita anual al urólogo es preceptiva para realizar exámenes de detección precoz de cáncer de próstata y evaluar otros problemas comunes en esta edad, como la hiperplasia prostática benigna o la disfunción eréctil”, explica el Dr. Luján.
Preocupación acerca de una futura paternidad
La encuesta, realizada a hombres de un nivel socioeconómico alto, medio-alto y medio, muestra un nivel de preocupación muy bajo acerca de las dificultades para ser padres en un futuro, con 6 de cada 10 asegurando que les preocupa poco o nada. Si contrastamos estos resultados con los obtenidos del ‘I Barómetro social de la percepción de las españolas acerca de la maternidad y la fertilidad’, realizado hace dos años por IVI con la ayuda de GFK, vemos una diferencia importante. Y es que, la preocupación de estas acerca de las dificultades para una futura maternidad ascendió a un 53%, frente al 39% de los hombres.
“Quizá influye el hecho de que los hombres no tienen la conciencia que sí presentan las mujeres respecto a la caducidad de su fertilidad, si bien es cierto que existe un alto consenso a la hora de considerar que la fertilidad masculina ha empeorado notablemente en los últimos 20 años”, añade el Dr. Luján.
Factores que afectan la fertilidad masculina
La capacidad de un hombre para concebir un hijo depende de varios factores, y conocerlos puede ayudar a mejorar la salud reproductiva y a tratar problemas de fertilidad.
Estos serían algunos de los principales factores que afectan la fertilidad masculina:
1. Calidad y Cantidad de Espermatozoides
La cantidad y la calidad de los espermatozoides son fundamentales para la fertilidad masculina. Un número insuficiente de espermatozoides, o espermatozoides de mala calidad, puede dificultar la concepción.
2. Edad
Aunque la edad no afecta a los hombres de la misma manera que a las mujeres, la fertilidad masculina también disminuye con la edad. A partir de los 45 años, la calidad y cantidad de los espermatozoides pueden verse afectadas. Se ha demostrado que los hombres mayores tienen una mayor probabilidad de tener espermatozoides con anomalías genéticas, lo que puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y problemas en el desarrollo del bebé.
3. Estilo de Vida
El estilo de vida juega un papel crucial en la fertilidad masculina. Algunos hábitos pueden perjudicar la calidad del semen, mientras que otros pueden mejorarla. Los factores más relevantes incluyen: consumo de tabaco, alcohol o drogas, y obesidad.
4. Estrés
El estrés crónico puede tener un impacto directo en la fertilidad masculina. El estrés constante aumenta la producción de cortisol, una hormona que puede alterar el equilibrio hormonal necesario para la producción de esperma. Además, el estrés puede reducir el deseo sexual, lo que dificulta la concepción.
5. Temperaturas Elevadas
Los testículos deben estar a una temperatura ligeramente inferior a la del cuerpo para producir espermatozoides de calidad. Las temperaturas elevadas pueden afectar la producción de esperma.
6. Enfermedades y Trastornos Médicos
Ciertas enfermedades y afecciones médicas pueden afectar la producción de espermatozoides o el funcionamiento del sistema reproductivo masculino, como son el varicocele, infecciones varias, problemas hormonales o diabetes.
7. Exposición a Toxinas y Químicos
La exposición a productos químicos y toxinas, tanto en el trabajo como en el hogar, puede afectar la salud reproductiva masculina. Sustancias como pesticidas, metales pesados (plomo, mercurio), solventes industriales y productos químicos en cosméticos pueden dañar los espermatozoides.
8. Medicamentos y Tratamientos Médicos
Algunos medicamentos pueden interferir con la fertilidad masculina. Entre ellos se incluyen los tratamientos para el cáncer (quimioterapia y radioterapia), que pueden afectar la producción de esperma. Además, ciertos medicamentos para tratar infecciones, presión arterial alta, o disfunción eréctil pueden afectar negativamente la calidad del semen.
9. Factores Genéticos
Los factores genéticos también juegan un papel importante en la fertilidad masculina. Trastornos genéticos como el síndrome de Klinefelter, que implica la presencia de un cromosoma X adicional, pueden causar problemas de fertilidad. La alteración genética también puede estar vinculada a una menor producción de esperma o a la presencia de espermatozoides no funcionales.
“En este sentido, la medicina reproductiva ha avanzado significativamente en el diagnóstico y tratamiento de la infertilidad masculina, con técnicas de análisis, como los análisis hormonales y pruebas genéticas, que permiten conocer con mayor precisión los factores que podrían estar interfiriendo en la consecución de un embarazo”, concluye el Dr. Luján.
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