Los tratamientos con donación de embriones ayudan a cumplir el deseo de mujeres y parejas que no pueden concebir con sus gametos propios. La evolución de este tratamiento ha sido creciente en los últimos 10 años, llegando a triplicarse el pasado 2018 respecto a 2009.
Poco más de la mitad de los tratamientos con embriones donados se realizaron a pacientes procedentes de España, a lo que se suma el porcentaje creciente de mujeres y parejas de otros países que encuentran en la aperturista ley de España una solución a sus problemas reproductivos.
“Italia, Alemania, Francia y Gran Bretaña suponen el 33% de tratamientos con embriones donados que realizamos en nuestras clínicas de España. La mayoría de estas pacientes superan los 40 años de edad, por lo que sus opciones de concebir con gametos propios son muy limitadas o inexistentes, a lo que se suman las restricciones legales de sus países”, explica el doctor Ernesto Bosch, director médico de IVI Valencia.
Según dicta nuestra ley, los embriones vitrificados sobrantes podrán destinarse a tres fines distintos, decisión que tomará la mujer o pareja de los que procedan dichos embriones: donarse a otras mujeres o parejas, donarse a la ciencia para investigar o deshacerse de ellos.
“A pesar de que el perfil mayoritario de receptores de embriones donados viene representado por parejas heterosexuales, es destacable el aumento progresivo de mujeres mayores de 40 que deciden afrontar la maternidad en solitario, optando por indicación de edad y nivel de fertilidad por la embriodonación. Actualmente, este grupo de pacientes supone un 37% del total de tratamientos realizados en IVI con embriones donados”, añade el Dr. Bosch.
El apoyo psicológico, vital para este tipo de procedimientos
Habitualmente, los pacientes que no pueden concebir con sus propios gametos pasan por un duro proceso de aceptación.
“Cada día recibimos en consulta a pacientes que pasan por este duelo y nuestra labor consiste en acompañarles y guiarles desde el campo psicológico y emocional para hacer de este proceso algo superable. Tiempo, empatía, comprensión y apoyo son los pilares fundamentales sobre los que cimentamos nuestras terapias, y nos ayudan a compartir con ellos la dureza de determinados diagnósticos y buscar la mejor alternativa para conseguir su sueño de ser padres. No solo en el momento del diagnóstico, sino también durante todo el tratamiento, el papel del gabinete psicológico es fundamental para hacer lo más llevadera posible la experiencia de nuestros pacientes”, explica Pilar Dolz, responsable de la Unidad de Apoyo Psicológico de IVI Valencia.
En este caso en concreto, en el que se precisa de embriones donados, los pacientes deben decidir si renunciar a su idea originaria de maternidad/paternidad, siendo el deseo más fuerte que los prejuicios. “Son muchas las personas que acuden a nuestras consultas con un importante dilema moral. La idea de pensar que engendrarán un hijo que no posee sus genes les genera cierta sensación irracional de rechazo. Pero lo cierto es que la maternidad es mucho más que genética. La maternidad es biología, evolución, sentimiento, cambios hormonales, epigenética… Es naturaleza pura. Y eso es intransferible”, añade Dolz.
Y concluye: “Es una realidad que viven de la misma manera, cada uno con sus peculiaridades y particularidades, mujeres que conciben de manera natural y aquellas que lo hacen mediante técnicas de reproducción asistida con gametos propios o donados. Y esa experiencia está al margen de la ciencia y la genética. La ciencia solo es aquello que lo hace posible”.
Para ayudar a estos pacientes a superar las inquietudes que puedan surgir durante su proceso, IVI cuenta con unidades de apoyo psicológico en toda su red de clínicas, creadas para ofrecer a sus pacientes una mano amiga para guiarles durante su tratamiento de reproducción asistida.
La epigenética, ciencia de lo posible
¿Y si las moléculas secretadas por el endometrio de la gestante pudieran modificar el embrión, influyendo en sus rasgos físicos e incluso psicológicos? Este es el punto de partida que hace unos años encaminó a investigadores de IVI a estudiar y analizar una ciencia llamada epigenética, descrita por los factores no genéticos que intervienen en el desarrollo de un organismo, modificando la actividad del ADN sin alterar su secuencia.
“La epigenética parece demostrar que el ambiente uterino influye en gran medida en el desarrollo del feto, lo que haría que este tenga un importante parecido físico con sus padres, y no solo lo heredada en la carga genética de los gametos donados”, comenta el Dr. Bosch.
Estos nuevos hallazgos ayudar a echar abajo algunos de los tabúes que preocupan a los pacientes en el momento de optar por un tratamiento con donación de gametos.
¡Seguimos investigando!
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