En el 41º Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), celebrado en París estos días, IVI ha presentado un avance científico que podría transformar radicalmente la forma en que abordamos la fertilidad masculina. Se trata de una innovadora técnica no invasiva basada en imagen hiperespectral, capaz de identificar espermatozoides con mayor potencial reproductivo sin dañarlos, y que podría duplicar la tasa de embriones viables generados mediante técnicas de reproducción asistida.
Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción hoy se vuelve una realidad en el laboratorio: usar solo luz y una cámara especializada para leer la “huella molecular” de cada espermatozoide. Esta técnica, conocida como imagen hiperespectral, permite obtener un perfil bioquímico detallado de cada célula sin alterar su viabilidad. Esto significa que los espermatozoides analizados pueden ser usados posteriormente en procedimientos como el ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), incrementando significativamente las probabilidades de éxito.
“A diferencia de otras técnicas más invasivas que requieren destruir las células para analizarlas, esta nueva herramienta respeta la integridad de los espermatozoides. Es un paso enorme hacia una medicina reproductiva más precisa, personalizada y eficiente”, comenta el doctor Nicolás Garrido, director de la Fundación IVI y primer autor del estudio.
¿Por qué importa la calidad del espermatozoide?
Durante décadas, la atención en los tratamientos de fertilidad se ha centrado, en gran medida, en la mujer. Aunque se reconoce que la infertilidad masculina representa aproximadamente el 50% de los casos, muchas veces se subestima su impacto en la calidad de los embriones.
“Las técnicas actuales de análisis seminal se basan en parámetros básicos como concentración, movilidad y morfología. Aunque útiles, estos indicadores no brindan información sobre el potencial reproductivo real de cada espermatozoide. Esto ha llevado a que la selección de espermatozoides en procedimientos como ICSI sea, en muchos casos, casi aleatoria”, explica el Dr. Garrido.
Esta nueva técnica de imagen hiperespectral cambia completamente este paradigma, al permitir una selección mucho más precisa y fundamentada en datos bioquímicos reales.
La investigación, presentada bajo el título “Hyperspectral imaging of single spermatozoa before ICSI predicts optimal embryo development: potential use as a non-invasive tool for sperm selection”, demuestra que es posible predecir con un alto grado de fiabilidad qué espermatozoides tienen mayores probabilidades de generar embriones viables.
“Esto podría tener un impacto decisivo en pacientes con mal pronóstico reproductivo, como mujeres con baja respuesta ovárica o parejas con antecedentes de embriones de baja calidad. Al maximizar desde el inicio la posibilidad de generar blastocistos viables, se optimiza todo el proceso de fecundación in vitro (FIV), ahorrando tiempo, costes emocionales y económicos, y aumentando las tasas de éxito”, añade el investigador.
¿Cómo funciona la imagen hiperespectral?
La imagen hiperespectral es una técnica que proviene del ámbito de la física y la ingeniería, utilizada inicialmente en áreas como la agricultura o la industria aeroespacial. Consiste en captar imágenes a través de una amplia gama de longitudes de onda, más allá del espectro visible al ojo humano.
En el contexto de la fertilidad, esta cámara hiperespectral detecta las características bioquímicas específicas de cada espermatozoide. Estas características forman una “firma molecular” única, que puede ser asociada con su capacidad para fecundar un óvulo y generar un embrión viable.
El proceso es rápido, no requiere reactivos costosos ni intervenciones complejas, y puede ser implementado fácilmente en laboratorios de reproducción asistida con una inversión mínima.
Una tecnología accesible y escalable
Uno de los puntos más destacados de esta innovación es su potencial de implementación. A diferencia de otras tecnologías médicas que requieren equipos costosos o personal altamente especializado, esta herramienta está diseñada para ser accesible. El coste de la cámara hiperespectral es relativamente bajo, y su funcionamiento no implica alterar los protocolos estándar de trabajo en un laboratorio de fertilidad.
Esto abre la puerta a que clínicas de todo el mundo, incluso en contextos con recursos limitados, puedan beneficiarse de esta tecnología. No se trata solo de un avance para unos pocos, sino de una revolución escalable que puede democratizar el acceso a tratamientos de mayor precisión y efectividad.
La presentación de esta técnica en el Congreso ESHRE no ha pasado desapercibida. El interés que ha despertado en la comunidad científica refleja una creciente toma de conciencia sobre la importancia de mejorar la evaluación de la fertilidad masculina, no solo como un complemento, sino como un pilar esencial en los tratamientos de reproducción asistida.
“Hasta ahora solo podíamos elegir el mejor embrión entre los que habíamos conseguido formar. Con esta tecnología, podemos mejorar desde el principio la calidad del material genético con el que trabajamos. Esto cambia por completo la estrategia de abordaje en casos complejos”, destacó el doctor Garrido durante su intervención.
Con beneficios evidentes —mayor tasa de embriones viables, técnica no invasiva, implementación sencilla y coste razonable—, esta innovación podría consolidarse como una herramienta estándar en los próximos años.
Y más allá de los números, este avance representa una mejora concreta en la experiencia de las personas que recurren a tratamientos de fertilidad. En un proceso muchas veces largo, emocionalmente desafiante y lleno de incertidumbre, cada avance que ayude a maximizar las posibilidades de éxito es una esperanza real.