En el recientemente celebrado Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) desde IVI hemos presentado un estudio que muestra un nuevo protocolo para transferir embriones congelados (FET, por sus siglas en inglés) que permite planificar las transferencias con mayor flexibilidad -casi 7 días- sin que el éxito del tratamiento se vea afectado.
De ciclos artificiales o sustituidos a ciclos naturales
La forma de proceder con los tratamientos de reproducción asistida en las clínicas ha ido variando, desde los ciclos sustituidos o artificiales hasta los ciclos naturales al transferir embriones congelados. Este último procedimiento, hasta ahora, despertaba dudas por una posible complicación al momento de planificar la transferencia.
Dicho estudio ha contado con un tamaño muestral de 3.000 embriones y ha estado liderado por el doctor Carlos Alonso, ginecólogo de IVI Madrid: “la transferencia de embriones se puede programar si el endometrio está listo cuando los folículos miden entre 13 y 20 milímetros, sin alterar de ningún modo los resultados clínicos del proceso”. El estudio titulado “A new mNC protocol that allows a 7-day window for FET planning” se ha presentado estos días en la 39ª edición de la ESHRE.
Avances sobre la transferencia en ciclo natural
El ciclo natural es un proceso mucho más cómodo y fisiológico, pero hasta ahora se pensaba que era muy rígido y que dificultaba el hacer la transferencia en el día de más conveniencia para la paciente. Y, si bien había estudios al respecto de este punto del tratamiento, la realidad es que presentaban limitaciones y un tamaño de muestra reducido, lo que hacía difícil alcanzar conclusiones sobre las que avanzar.
“Nuestro estudio, de manera pionera, y con el mayor tamaño muestral hasta la fecha para un trabajo de estas características, demuestra que el ciclo natural es más fisiológico -ya que apenas implica medicación-, más cómodo, eficaz y seguro, reduciendo riesgos gestacionales como la preeclampsia al final del embarazo. El análisis de estos casos nos ha permitido demostrar cómo el endometrio adquiere las características necesarias para asegurar excelentes tasas de implantación desde varios días antes de lo que se pensaba inicialmente. Así, estos hallazgos permiten aportar al ciclo natural modificado una flexibilidad de casi 7 días que previamente se desconocía, algo muy beneficioso, puesto que favorece que el momento de la transferencia pueda adecuarse a las necesidades personales o laborales de los pacientes. Por otro lado, dicha flexibilidad es positiva también para las clínicas de reproducción asistida, ya que permite la organización y planificación equitativa de los procedimientos”, explica el Dr. Alonso.
¿Cómo se realiza la transferencia en ciclo natural?
En el proceso del ciclo natural modificado se controla mediante ecografías el desarrollo espontáneo del endometrio y del folículo dominante, hasta el momento de administrar como medicación la hCG recombinante. Esta favorece que se produzcan cambios en dicho folículo, además de la transformación en el endometrio necesaria para que a los siete días se pueda realizar la transferencia de un embrión. Hasta ahora existía la creencia de que la administración de que la hCG recombinante debía estar ceñida al momento en que el folículo dominante alcanza un diámetro de 17 milímetros, medido por ecografía. Esta suponía la principal desventaja en comparación con la estrategia de preparación del endometrio que más se utiliza en la actualidad: el ciclo de terapia hormonal sustituida con estradiol.
“Nuestro estudio termina con la rigidez del ciclo natural modificado y permite que su implementación sea más fácil en la práctica clínica habitual, disminuyendo así los costes de medicación, los efectos secundarios y las complicaciones obstétricas asociadas a la terapia hormonal sustituida”, añade el Dr. Alonso.
Ventajas de la transferencia de embriones en ciclo natural
En primer lugar, adoptando este protocolo se evita por completo el uso de estrógenos sintéticos y se reduce a la mitad la necesidad de progesterona exógena. Además, se minimizan las molestias de la administrarse medicación por vía vaginal. Por otro lado, el proceso implica un menor coste económico y emocional, además de ser menos complejo. Esto se debe a que se reducen los costes de la medicación y los monitoreos, y se reducen las visitas a la clínica, lo cual supone un mayor bienestar para los pacientes. Por último, este proceso es fisiológicamente más natural, ya que es más similar al proceso natural del cuerpo de la mujer. Por lo tanto, el proceso se hace más fácil y llevadero hasta que la paciente alcanza la gestación, reduciendo también las complicaciones propias del final del embarazo, como los trastornos hipertensivos.
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