Hoy, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, queremos que conozcáis a Luis Baz, un paciente de IVI Zaragoza que a pesar de ser tetrapléjico logró cumplir su sueño de ser padre hace poco más de un año.
Este maño de 48 años lleva en una silla de ruedas desde los 16, consecuencia de un accidente de tráfico que le dio la oportunidad de nacer de nuevo, con una vida diferente y, como dice él, “con una batalla que ganar cada día en un mundo lleno de barreras”.
Luis se licenció en psicología, hizo un posgrado en informática y ha luchado durante todos estos años por llevar una vida como cualquier persona sin limitaciones físicas. Después de 7 años de convivencia con Elena, su pareja, ambos decidieron hacer frente a un nuevo reto: La paternidad.
“No fue fácil, nada lo es. Lo intentamos dos veces en un hospital de mi ciudad. Hubo fecundación de los óvulos en las dos ocasiones, pero no se asentaron en el útero… Fue mala suerte, y puede que tuviéramos las leyes de la probabilidad en contra. Agotados los intentos de la Seguridad Social, no nos rendimos y lo volvimos a intentar, esta vez en IVI, que tiene una clínica estupenda en Zaragoza”, relata Luis.
El 15 de mayo de 2013 nació el pequeño Ángel, un nombre con mucho significado para Luis, quien se refiere cariñosamente al equipo médico de IVI Zaragoza como los “ángeles de bata blanca”, porque ofrecieron su esfuerzo y su dedicación para que, junto con su pareja, lograra cumplir su sueño.
El caso de Luis, sin duda, es un ejemplo de superación y una verdadera lección para una sociedad como la nuestra a la que todavía le quedan muchas barreras que derribar. Luis lo explica así: “Este mundo está construido a nuestra imagen y semejanza. Nosotros ponemos los límites, y somos también nosotros mismos los que debemos encontrar la fuerza y la valentía necesarias para superar los desafíos que la vida nos presenta”. Este maño es un claro ejemplo de ello, ya que a pesar de ser tetrapléjico nunca renunció a la ilusión de formar su propia familia.
“Tener un hijo es la decisión más importante en la vida, la única. La gente cuando nos ve dice ¿Y con esta crisis? ¿Y él en silla de ruedas? Locos, nos llaman algunos… La misma crisis tuvieron nuestros padres, abuelos y tatarabuelos; mucho peor fue aquella y nos tuvieron, y salimos adelante. A nuestro bebé no le faltará comida, ni pañales, ni calefacción, ni un pediatra. ¿Qué más puede pedir? Tiene una familia, sus papis, primos, etc. Tiene el calor de un hogar, un termómetro cuando está malito. Es un niño con suerte, sus padres podrán darle una educación y ayudarle con los deberes. Aprenderá a ser mejor que nosotros, a mejorar este mundo. Es un hijo deseado, el más deseado de todos. Por eso quiero decirles a todas aquellas personas y parejas en situaciones difíciles… ¡no perdáis la esperanza! En la sonrisa de los niños está la respuesta a todo vuestro esfuerzo”, concluye este luchador nato y ahora feliz papá.
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