Estas dos infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden derivar en enfermedad inflamatoria pélvica. Esta infección afecta a las trompas de Falopio y otros órganos reproductores femeninos. La obstrucción de las trompas supone una barrera para el transporte de los óvulos y, por tanto, para la fecundación natural. Por su parte, el útero puede verse afectado también, impidiendo la implantación embrionaria. Dada la importancia de las consecuencias de estas dos ITS sobre la fertilidad y con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual, el Dr. Elkin Muñoz, director de IVI Vigo e IVI A Coruña nos desgrana este tema a lo largo de este artículo.
Las ITS y su relación con la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
El reciente informe del Ministerio de Sanidad “Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España”, publicado este año, solo en 2021 hubo más de 15.000 casos de gonorrea y 20.500 infecciones por clamidia. Además de todas las implicaciones de estas dos ITS para la salud general, también pueden suponer un problema para lograr un embarazo, a causa de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP).
La enfermedad inflamatoria pélvica se da como consecuencia de una infección habitualmente por neisseria gonorrea y Chlamydia. Y es que estas bacterias de transmisión sexual se propagan desde la vagina al útero, las trompas de Falopio o los ovarios. Estas provocan inflamación, cicatrización y hasta una posible obstrucción de las trompas de Falopio, dificultando la fecundación o el correcto transporte del embrión pudiendo provocar embarazos ectópicos. En las formas agudas de la enfermedad se pueden producir abscesos que afectan a la trompa y el ovario (absceso tubo-ovárico) o instaurarse en el endometrio (endometritis crónica).
Enfermedad inflamatoria pélvica y fertilidad
Cuando se da una obstrucción en las trompas de Falopio por una infección previa, no se produce el transporte de óvulos desde los ovarios. Como consecuencia, habrá pocos o ningún óvulo que el semen pueda encontrar y fecundar, con el fin de que se genere un embrión. También puede haber ocasiones en las que las trompas estén parcialmente bloqueadas y óvulo y espermatozoide se encuentren, pero que la afectación por la ITS se sitúe en el útero, impidiendo que el embrión implante.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la infección crónica del endometrio suele ser asintomática, por lo que detectarla es difícil y solo en algunas ocasiones llega a cicatrizar el útero, dando lugar al síndrome de Asherman, que impide la implantación del embrión y la placentación del embarazo.
Síntomas y tratamiento de las ITS
Habrá casos en que la paciente esté infectada de gonorrea y clamidia al mismo tiempo. El problema reside en cuando estas ITS no van acompañadas de síntomas o que estos sean casi indetectables. Por su parte, la clamidia responde de forma satisfactoria a los antibióticos. Sin embargo, la gonorrea suele presentar mayor resistencia al tratamiento antibacteriano. Por tanto, la detección temprana es fundamental para evitar consecuencias más graves.
Si se presentan síntomas como dolor en la parte baja del abdomen, flujos vaginales anormales, relaciones sexuales dolorosas, sangrado entre periodos y ardor al orinar se debe consultar a un especialista para que pueda tratar una posible EIP lo antes posible. A veces también ocurre que muchas mujeres apenas desarrollan síntomas de la enfermedad inflamatoria pélvica, especialmente en las formas crónicas y terminan siendo diagnosticadas a la hora de encontrar dificultades para lograr el embarazo. Esto sucede por ejemplo con el hidrosálpinx, una dilatación de la trompa de Falopio con adelgazamiento e irregularidad de su pared, acompañados de acumulación de líquido que producen esterilidad de origen tubárico.
Virus del Papiloma Humano (VPH)
Por otra parte, el Virus del Papiloma Humano (VPH) es otra de las ITS con más prevalencia entre las mujeres (14,3%). Si bien no es causa de infertilidad por sí mismo, algunas investigaciones al respecto muestran que si se produce junto con la clamidia aumenta el riesgo de esterilidad, de aborto espontáneo o de dificultad para la implantación. Esto es debido a los tratamientos quirúrgicos o de radioterapia que son necesarios.
¿Cómo afectan a la fertilidad masculina?
Si bien parece que la afectación es mayor en el caso de las mujeres, las ITS también pueden incidir negativamente en la fertilidad masculina. En el caso de gonorrea o clamidia, estas infecciones pueden obstruir los epidídimos. Estos conductos, situados en la parte posterior de los testículos, almacenan y facilitan la maduración del semen, con el fin de obtener capacidad de fecundación. Por su parte, la infección por VPH implica una afectación en el libre movimiento de los espermatozoides, incidiendo negativamente en las probabilidades de lograr la gestación.
Un epidídimo bloqueado dificultaría que los espermatozoides maduren correctamente, adquieran la movilidad suficiente para alcanzar el óvulo o consigan fecundarlo de forma natural. Otra glándula frecuentemente afectada por las ITS es la próstata, encargada de proveer a los espermatozoides de nutrientes durante su paso por las vías seminales. Su inflamación, que suele convertirse en crónica, dificulta la correcta función de los espermatozoides. Pero si partimos de la base del contagio de la ITS a una pareja femenina, las probabilidades de que existan más dificultades a la hora de concebir se multiplican.
Estamos aquí para ayudarte
Como especialista en medicina reproductiva no puedo más que recalcar la necesidad de prevención con el objetivo de evitar las ITS. Como hemos visto, pueden incidir directamente en la fertilidad futura. No obstante, si esto ocurre, existen opciones muy efectivas de reproducción asistida con el objetivo de lograr tanto el embarazo como el nacimiento de un nacido vivo sano. Puedes ponerte en contacto en el 900847300 o rellenando el formulario para pedir cita en IVI y nuestro equipo te llamará.
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