Hoy estrenamos una nueva sección en nuestro blog «En primera persona» , un espacio donde VOSOTROS sois los protagonistas. Hoy Mariola quiere compartir con todos vosotros su HISTORIA, una historia real sobre reproducción asistida muy emocionante:
«Soy Mariola, una mujer luchadora y positiva. Hasta el momento en que mi marido y yo decidimos ser padres todo lo que nos habíamos propuesto en la vida lo habíamos conseguido. Me encantan los niños desde siempre, me pierden, todo el que veo es como si fuera mío. El trabajo siempre había sido prioritario y nunca era el momento de ponernos a crear una familia. A los 30 años decidimos ser padres. Después de un año sin usar anticonceptivos, mi ginecóloga nos recomendó hacernos unas pruebas. El resultado fue: Mis ovarios poliquísticos y el esperma de mi marido bajo.
Teníamos un problema de INFERTILIDAD. Nos quedamos de piedra, era lo peor que nos había pasado nunca. Era horrible, la incertidumbre, pensar en la posibilidad de no poder llegar nunca a ser padres.
Sentimos muchísimo miedo y negación. Entonces, toda nuestra familia se volcó de lleno.
Pasados 5 meses de asimilar la noticia, decidimos ir a la que parecía ser la mejor clínica de infertilidad, el IVI.
El 22 de septiembre de 2004 tuvimos nuestra primera visita.
Tras estudiar nuestro caso, nos recomendaron Inseminación Artificial, no parecía muy complicado.
La primera fue en noviembre, negativa. La segunda en diciembre, negativa. La tercera en enero, la beta era muy bajita positiva; Nos agarrábamos a un clavo ardiendo, confiábamos de que seguiría adelante. A la semana siguiente, se repitió y dio negativo. Era un embarazo bioquímico, había habido fecundación pero no implantación. Estábamos más cerca, decían los médicos. Yo seguía sin mi embarazo.
Entonces, los médicos nos recomendaron pasar a In Vitro. En mayo de 2005 nos hicimos la primera, el resultado fue POSITIVO.
¡Lo habíamos conseguido! Hicimos una fiesta, se lo dijimos a todo el mundo. Nos sentíamos tan felices sin saber lo que nos esperaba.
En la séptima semana de embarazo se le paró el latido, me hicieron un legrado. Nunca pensé que me pudiera pasar a mí, después de lo que me había costado, era imposible, pues me pasó. Y lo peor fue dar las explicaciones a todo el mundo poco a poco, cuando nosotros aún lo estábamos digiriendo; sus preguntas nos hacían mucho daño.
Los médicos nos decían que no había seguido adelante por su propia naturaleza, que estábamos más cerca de conseguirlo.
De este ciclo me quedó un embrión congelado y en septiembre me prepararon para su transferencia. Al descongelarse no sobrevivió.
En este momento pensé, “todo llega”. “No lo estamos deseando con la suficiente intensidad. En el siguiente tratamiento lo conseguiremos”.
En noviembre empecé el tratamiento, pero mi cuerpo reaccionaba de forma diferente ante la misma medicación. No ovulaba lo suficiente y dos futuros óvulos destacaban, quedándose el resto rezagados. Se anuló el ciclo.
Pasados tres meses, volvimos a empezar, pero me pasaba lo mismo. “¡Tierra trágame!”. Empezamos a dudar, estábamos desesperados, no había otro tema de conversación con la familia y los amigos. Estábamos muy sensibles. Todo lo que nos decían nos dolía. Mi hermana me decía con lágrimas en los ojos: “Te doy mis óvulos y si no, adoptas”. Y yo le respondía con muchísimo dolor: “Entiendo que quieras ayudarme. No tengo ningún problema en adoptar un niño, pero nuestro médico nos dice que lo vamos a conseguir. Dime que aguante, que siga por este camino”.
En Mayo 2006 conseguí ovular lo suficiente y me hice la segunda In Vitro, pero me bajó la regla antes de la prueba. Los cuatro embriones que quedaban se bloquearon y no llegamos a poder congelar ninguno.
Nuestra desesperación en ese momento es tan grande, estamos quemados, tenemos la sensación de que nos están sacando la pasta.
A finales de Julio, empezamos el último tratamiento para intentar conseguir la tercera In Vitro. Le dijimos a nuestro médico que no podíamos más, si no salía bien, nos tomaríamos un tiempo.
Es agosto, de vacaciones, nos quedamos en Valencia. Nos encontrábamos tranquilos y conseguí ovular lo suficiente, bien. Decidí entrar en un estudio clínico sobre la hiperestimulación ovárica. Empecé a tomar una medicación justo la noche de antes de la punción. A las dos de la mañana me levanté al baño y tuve un desmayo, sufriendo un fuerte golpe, contra el lavabo, en la nariz y en la cara.
Entonces pensé que si me había pasado eso, era para no olvidarlo nunca jamás, “me voy a quedar embarazada en este ciclo”, no puedo evitar emocionarme al describirlo. El 9 de Agosto me transfirieron dos embriones y congelaron otros dos, muy bien.
El 20 de Agosto me hice la prueba de embarazo, POSITIVO.
Lloré desconsolada como una niña pequeña, que felicidad. “¡Lo hemos conseguido!”.
Fui a la semana siguiente a hacerme la ecografía, y cual fue nuestra sorpresa… ¡Estábamos embarazados de dos! Qué pasada. Nunca me lo hubiera podido imaginar, dos. Volví a llorar desconsolada, no podía pedir más. A los ocho meses nacieron dos preciosas niñas, Carla y Aitana. ¡Somos tan felices!
No descartamos la posibilidad de tener más hijos. La naturaleza nos ha puesto trabas…pues familia numerosa.
Cuando las niñas cumplieron 2 años decidimos darle una oportunidad a los dos embriones que nos quedaban, tras la descongelación sobrevivió uno. Me lo puse el 16 de noviembre de 2009. Estábamos tranquilos porque nos lo habíamos llevado a casita. Nuestra sorpresa fue extraordinaria cuando el resultado fue positivo. A los 8 meses nació IKER. ¡¡¡Qué pasadaaaaa!!!
Nunca podré terminar de agradecer al IVI todo lo que ha hecho por esta familia. Para nosotros existe Dios y el IVI.
Recordad:
Todo llega. Confiad en vuestro médico, si no confiáis, cambiad. Celebrad cada paso conseguido Disfrutad de la vida, ya vais a tener tiempo de no descansar cuando seáis padres, os lo digo yo. Tened cuidado con lo que deseáis con mucha intensidad, porque se cumple.
Nos vemos en el parque,»
Mariola
12 comentarios
Buenos días!
Tengo 30 años. Hace 8 días de mi primiera FIV, me transfirieron un blastocito de día 5 que nos dijeron que era muy bueno, un B pero que podía ser un A ya que cada vez veían mejor evolución. Durante estos días de B-espera no he notado nada, ahora si, todo el rato pensando. Ha habido momentos de esperanza, de desilusión, positivismo… de todo. Mañana por fin me puedo hacer el test en casa, como me indicaron. Si sale negativo tengo que pedir la prueba en sangre. Estoy nerviosa. Creéis que tengo posibilidades? No había rezado nunca tanto…
Hola, recurro a este foro porque vivir un proceso como lo es la reproducción asistida es un asunto que las personas que no lo han vivido no tienen idea de lo que es. Buscando sentirme apoyada y comprendida ya que es un largo y desgastante camino. Mi esposo y yo comenzamos este viaje a finales del año pasado. Pero comenzamos el primer intento en Enero de este año muy positivos, sin embargo mi primer transferencia no dio resultado, fue una transferencia de dos embriones de buena calidad. mi beta: negativa. Fue nuestro primer derrumbe emocional, un duro golpe. entonces decidimos dejar pasar un poco de tiempo, ya saben el desconsuelo, la tristeza. decidimos llevar el proceso casi en secreto solo 2 familiares y dos amigos cercanos ya que es muy doloroso dar explicaciones. El ver que los demás han logrado su sueño sin batallar, algo tan natural que debiera ser para todos, al menos uno así lo imagina. Siempre pensé que nunca batallaría para ser madre, siempre lo he deseado con el corazón, pero de forma natural no pudo ocurrir. En el mes pasado de junio decidimos ir por el segundo intento, ya saben nuevamente la estimulación ovárica, los malestares físicos, la hinchazón, el dolor de senos pero a pesar de todo confiados y positivos pues pensábamos que iría todo mejor. Así, se llegó el día de mi segunda transferencia hace 3 semanas de 3 embriones de buena calidad. Pero Oh tristeza cuando comencé a menstruar incluso antes de la fecha de ir a la beta. Tenia la esperanza que no fuera la regla pero en el primer intento así sucedió también el manchado días antes pero al menos alcancé a ir a la prueba todavía con la ilusión. Esta vez, mi médico y yo esperábamos con confianza que fuera el dichoso sagrado de implantación, pero no, la segunda transferencia simplemente tampoco funcionó, mi regla llegó y dos días antes de la fecha de la beta, mas triste y doloroso aun, como lo imaginaran, lloré desconsoladamente, sintiéndome tan vacía y frustrada por no saber porque simplemente no se han implantado mis embriones si mi cuerpo reacciona bien a todo el proceso. Se que mi edad es un factor que juega en contra, a mis 38 años se que la cosa cambia pero tampoco es imposible y muchas madres lo han logrado a esa edad o incluso mas. Actualmente, nos queda un último intento en la clínica actual, pero yo tengo miedo, volver y realizar el proceso tal cual como las dos veces anteriores y ver que nada suceda, tenemos 3 embriones de reserva, pero nada es certeza y pensar volver a perderlos me duele el alma. Miles de preguntas vienen y van a mi mente, económicamente el desgaste también es tremendo. Podría considerar que emocionalmente lo he manejado bien todo el proceso, pero cuando llega el momento de hacer tu beta y esta es negativa o peor aun que, en este 2do intento ver que te llega la regla antes de ir a la beta es muy doloroso. Todo tipo de emociones: coraje, tristeza, decepción, confusión por no saber que pasa. Uno va consciente de que existen siempre dos posibilidades: que ocurra o que no, pero creo que al final no dejamos de creer que va a funcionar, te aferras a esa esperanza que aun sin una certeza imaginas que vas a lograrlo. Pero cuando no ocurre así te cuestionas qué haces mal, si faltan rezos? si falta creer más? si ya bastante hacemos, pero creo que no es que haga falta nada de eso, lo que va a ocurrir simplemente pasará. Claro uno hace todo lo humanamente posible pero después de eso, ya no esta en las manos de uno hacer que un embrión se implante y logre gestarse, dicen que una vez hecha una transferencia es como una moneda al aire, la suerte esta echada, solo queda esperar que el embrión haga su trabajo y ahí ya no puede uno intervenir mas que confiar y esperar positivamente. Una Amiga con los peores diagnósticos de infertilidad: miomas, endometriosis, y se embarazó de forma natural de su primer bebe y a los 6 meses ya estaba embarazada de su segunda hija, y todo de forma natural a sus 35 años. Son situaciones que no comprendes y que enfocarte en ellas causa mas frustración. personas que ni siquiera querían ser madres y se embarazaron, desearon perderlo y su hijo se aferro a la vida, y uno cuidando hasta los pensamientos mas simples por temor a que eso también afecte nuestra fertilidad. Y aquí estamos viviendo un duelo por esta pérdida, buscando las fuerzas que no encuentro para enfrentar mi última oportunidad en la clínica, con mil temores, tristezas, angustia, incertidumbre, tantas cosas, tantas emociones que solo las que estamos pasando por este proceso podemos comprender. Aun así siempre queda una pequeña esperanza aunque todo se vea sombrío hay una fuerza interna que a pesar de que nada ocurre se aferra a seguir luchando y levantarse de este duro golpe a nuestros sueños y deseos de ser padres, la batalla es dura, pero aun y con el corazón roto y mi alma se aferra a seguir buscando ese sueño que muchas tenemos mas difícil de alcanzar, pero que deseamos siempre en nuestro instinto de madre poder lograr algún día.