La búsqueda de un embarazo que no llega genera mucha tensión en la pareja. Hay que cuidar la relación de pareja cuando la infertilidad llama a la puerta. No siempre ambos miembros lo viven de la misma manera, casi siempre hay una parte que lo sufre o está dispuesta a llegar a más o a intentarlo otra vez, que el otro. Hemos querido preguntarle a Rocío Domínguez, psicóloga de IVI Málaga, cómo vivir la llegada de estos tratamientos para que la infertilidad no resienta la vida en pareja.
En estos tiempos de pandemia, donde nuestras vidas están en constante cambio por una causa totalmente externa y que se escapa a nuestro control, hemos tenido que aprender a adaptarnos en poco tiempo a nuevas circunstancias, así como a nuevas recomendaciones médicas, y que para más inri, iban cambiando de un día para otro, haciendo lo complicado, más difícil aún.
Entre las múltiples consecuencias no visibles e indirectas, se encuentra el posible aumento de las tensiones entre los miembros de la pareja, debido principalmente al prolongado confinamiento, aislamiento e inestabilidad. Probablemente, este nivel de tensión en las parejas que os encontráis sometidas a tratamientos de reproducción asistida haya sido aún mayor.
Por ello, me gustaría que entendieseis que la crisis que ha supuesto la Covid en cada uno de vosotros, en vuestra propia realidad particular, con vuestras circunstancias únicas y exclusivas, se ha sumado a una crisis previa que sosteníais. Es decir, el proceso de búsqueda de un hijo que no llega con la prontitud que presuponíamos y todas las implicaciones en todos los niveles de vuestra vida que está teniendo este deseo tan legítimo e íntimo que no se cumple.
A nivel médico, habéis tenido que someteros probablemente en el mejor de los casos a un estudio de vuestra salud para poder esclarecer algo de lo que puede estar sucediendo. Con la idea siempre en vuestra cabeza de: “¿qué nos ocurre?” y “¿quién será el culpable?”, y que en muchos casos sólo ha servido para dar una pequeña luz a lo que sucede. En otros casos, habéis tenido que recurrir finalmente a reproducción asistida, con las implicaciones médicas que tiene: revisiones, consultas y exploraciones ginecológicas frecuentes que aunque la hacemos con gusto por el objeto que nos marcamos, no son lo habitual en la vida de nadie y suponen un trastoque en nuestra rutina diaria. Además, los cambios hormonales en nuestro cuerpo debidos a la medicación y el sometimiento a las intervenciones propias del proceso, que pueden ocasionar cambios en nuestro físico y nuestro estado de ánimo.
Infertilidad y amigos
A nivel social son abundantes las infiltraciones que este proceso tiene en vuestras vidas. Las relaciones con personas significativas cambian inevitablemente, a veces para mejor y otras para peor. Os podéis ver cuestionados de por qué no sois padres, por qué no queréis serlo o por qué no pedís ayuda o mejor ayuda, por personas cercanas o personas totalmente ajenas a vosotros, en situaciones de lo más variopintas, sin que sepan o entiendan en la mayoría de los casos mínimamente que os ocurre.
La vivencia que supone estar en reproducción hace que os alejéis en muchos casos de amigos y seres queridos y evitéis las salidas para no dar “explicaciones” de vuestro comportamiento. Además, como hemos mencionado, el régimen de visitas a la unidad de reproducción, la administración de la medicación y las intervenciones y los vaivenes emocionales que suponen cada parte del proceso, hace que vuestro ritmo de vida sea vea totalmente alterado y sea evidente para vuestro entorno.
Infertilidad y relaciones de pareja
A nivel de pareja, la vivencia particular que estáis teniendo cada uno del proceso es seguramente muy diferente. Ambos sois personas de distinto género, provenientes de núcleos distintos, con formas diferentes de interpretar y afrontar los problemas, y con experiencias previas propias que os marcan de forma idiosincrática. Todo esto hace que veáis en cada momento lo que estáis padeciendo de forma particularmente distinta. Lo que puede producir “choques” entre vosotros, sentimiento de incomprensión y soledad.
A nivel individual habréis observado cómo todo lo que estáis sufriendo está haciendo mella en vuestra autoestima, en vuestra percepción de vosotros mismos y vuestro ánimo.
Pueden ser constantes durante todo el proceso emociones como soledad, incomprensión, desánimo, desesperanza, ansiedad y sensación de pérdida de control entre otros.
Finalmente a nivel económico, la privación de aficiones y hábitos por el coste económico del proceso y la presión que supone la inversión en este proceso médico aumenta aún más las tensiones.
Estas infiltraciones que está teniendo esta crisis que se prolonga durante demasiado tiempo conllevan una demanda de vuestros recursos personales que resulta extenuante.
Generalmente a los psicólogos, en los que me incluyo, no nos gustan los consejos generales, pues entendemos que tanto vosotros como vuestra realidad son únicos. Por eso, si veis que por este u otros motivos necesitáis reforzar vuestra pareja, no dudéis en recurrir al psicólogo especialista de vuestro centro, os recibiremos encantados.
Consejos para evitar que la infertilidad erosione la relación de pareja
A pesar de esto, como entiendo que vivimos en una sociedad de inmediatez y rapidez, os aporto cinco sencillos consejos o recomendaciones que en cualquier caso pueden ayudar en pro de la mejora de la salud de vuestra relación de pareja.
No sólo si habéis vivido estas tensiones por el Covid, por el proceso de reproducción asistida o como hemos mencionado, por ambas, sino que en cualquier caso y circunstancias, pueden ser un gran beneficio para la familia que ya hoy sois, venga o no otra personita finalmente a formar parte de vosotros. Pues lo que tenéis totalmente claro del proceso que estáis viviendo, es que esta persona que tenéis al lado, es la única que realmente puede asemejar sus emociones y consecuencias de lo que estáis a las vuestras, que la búsqueda de este ansiado hijo es un proyecto común en el que estáis dando lo mejor de vosotros mismos o por lo menos, lo que buenamente podéis. Y por supuesto que hay seguro una constante en este camino de incertidumbre: antes de esta búsqueda y sea cuál sea el resultado tras ella, vosotros estaréis juntos, y merece la pena apostar por vosotros, y por tanto, cuidaros en demasía, porque sois la certeza antes, durante y final del camino.
En primer lugar, me gustaría que fuerais vuestros propios amigos, es decir, me gustaría que entendieseis lo que os he expuesto con anterioridad. Me gustaría que os dieseis valor y os reconozcáis lo que os está sucediendo. Sed capaces de ser tolerantes y comprensivos con vosotros mismos, sin exigiros más o cosas inapropiadas por lo que estáis viviendo. Por supuesto, no quiere decir minimizar vuestro sufrimiento, que en muchos casos tiende a hacerse, porque relativizamos nuestro padecimiento cuando estamos pasando por un proceso como este, pero por supuesto tampoco quiere decir maximizar o agrandar lo que estáis viviendo, sino darle el justo valor y lugar que se merece.
Segundo, incrementar las demostraciones de afecto entre vosotros. No sólo aumentar el deciros “te quiero”, que nunca está demás, pero si no es vuestro estilo decirnos estas palabras, analizar cómo os dais afecto el uno al otro, siendo justos y no críticos con vuestro compañero. Cada uno lo haréis a vuestra manera, y debéis analizaros para aumentar cómo lo hacéis vosotros, y señalarle al otro lo que hace, nunca lo que no hace, para que sea consciente de lo que os agrada y pueda seguir haciéndolo o aumentar la frecuencia, ya que si no lo sabe, nunca lo hará. Recordar que el afecto se demuestra con palabras, besos, caricias, o con vuestro comportamiento, como hacer cosas por el otro, porque sabéis que al otro le agradan o si no las hacemos de ese modo le molestan. Por ejemplo, hacerle el desayuno porque le gusta dormir o dejar de poner el trapo de cocina en la encimera porque sé que le molesta a mi pareja.
Otro punto y tercero es mantener un espacio y tiempo exclusivo para la pareja que formáis. Tras tantas demandas y el consecuente estrés que supone la vida, es lógico que a veces el tiempo que pasamos juntos se vea afectado y postergado a otro lugar que no sea la prioridad en estos momentos, y esto debéis cambiarlo, debéis y os merecéis estar el uno con el otro y esforzaros por pasar tiempo de calidad juntos.
Además, es especialmente recomendable aumentar el tiempo dedicado a las actividades placenteras que realizáis juntos. Durante el proceso de reproducción, estas actividades se ven disminuidas o cesadas y vuestro desanimo puede ser mayor, así que realizar actividades que os supongan un refuerzo y os mejoren el ánimo, es todo un acierto, más aún si las compartís con la persona que queréis y que se encuentra en una situación de tensión similar a la vuestra y con ello lográis mejorar a nivel individual y de pareja. Disfrutar a pesar de estar en reproducción debe ser una constante par que este proceso no suponga más de lo que ya supone, que es mucho.
¿Y si nos reímos un poco más?
En cuarto lugar, el uso del humor. Aunque parezca contradictorio en procesos que suponen un desgaste emocional hablar de sacar una visión divertida de lo que os sucede, se convierte en un excelente recurso para superar y sobrellevar la adversidad. El humor es un factor de protección salutogénico ante la enfermedad. Ser capaces de reíros de vosotros mismos y de vuestra realidad, os producirá cierto alivio en vuestro estado emocional, libera el dolor y el sufrimiento. Ayuda a desdramatizar lo que os ocurre, os permite hablar sin sentiros avergonzados ni entristecidos y comunicarnos entre vosotros con más asiduidad sin pensar que podéis ocasionar un perjuicio en el otro o en vosotros mismos, sin entrar en círculos viciosos de conversación que hayáis podido establecer por el proceso en el que os veis inmersos. Y por supuesto, introduce diversión y felicidad, además de aumento de la complicidad y unión entre vosotros. Sentimientos y actitudes que necesitáis probablemente más que nunca aumentar entre vosotros.
Finalmente, os propongo hacer un balance positivo de vuestra vivencia. Toda crisis lleva implícito una posible oportunidad de mejora, y es realmente lo que podríamos concluir mediante este artículo. Inevitablemente estamos sufriendo una situación de malestar y disestrés, pero si a pesar del dolor logramos fortalecer el vínculo que compartimos, supondrá un gran logro que nos ayudará a adaptarnos y sobrellevar el proceso mucho mejor, dure lo que dure y pase lo que pase.
Rocío Domínguez
Psicóloga de IVI Málaga
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