Mi príncipe existe y es gracias a IVI Valencia

Mi príncipe existe y es gracias a IVI Valencia

Historias reales
Clínica IVI Valencia

Clínica IVI Valencia

“Mi experiencia no puede ser más positiva y maravillosa. Llegué a la clínica rota y, cuando digo rota, es porque me sentía de esa manera. Había tenido dos inseminaciones artificiales fallidas y una fecundación in vitro con una clínica de Málaga con resultado negativo y con un diagnóstico del doctor que me atendió grabado en mi mente: “de dónde no hay no se puede sacar, pocos óvulos y malos”, me dijo. Treinta años tenía yo en ese momento y de golpe y porrazo todos mis sueños se me cayeron. Tras reponerme y decidirnos por buscar otra opinión nos decantamos por IVI Valencia, más que recomendada por familiares y amigos. Así que nos presentamos allí, a la consulta de la doctora Elena Labarta, que desde ese momento se convirtió en mi ángel. Ese primer día de contacto no me salían las palabras, solo lloraba y lloraba. Ella, tras escucharme, me cogió de las manos y me dijo: “María, tú sales de aquí embarazada, tardes más o menos, pero te doy mi palabra”. Sentí un peso caer de mi cuerpo y recuperé la ilusión y las ganas. Dos meses después me quedé embarazada. El proceso fue difícil y duro, y describirlo sería otro post mucho más largo. Cuando todo estaba perdido y la maleta hecha para volverme con las manos vacías ocurrió el milagro. Me llamaron para decirme que mi pequeñín había luchado y estaba en buen camino para la transferencia. Cuajó, cuajó y cuajó, y este sábado pasado cumplió tres años mi príncipe azul. Agradecida estaré de por vida al grupo de IVI Valencia, a la doctora Labarta, a Marta la enfermera que aguantó mis interminables correos y lloros. Al equipo de IVI Málaga, que me llevó el control ecográfico, y a Rocío, otra enfermera de Málaga que sufrió conmigo desde el minuto cero hasta el final y, estando ella hospitalizada para parir, me llamó para decirme que mi beta era positiva. Aclarar que en Valencia me hicieron el tratamiento, punción y transferencia, y en Málaga el control ecográfico. Con ganas e ilusión todo es posible, además de con mucha fe, chicas. Ahora repito para la búsqueda del segundo y vuelvo al mismo equipo, con las mismas ganas y esperanza. No tiréis la toalla nunca, aunque a veces cueste, pero si la lucha es fuerte y las manos buenas, es posible”.

La realidad es que podríamos haber optado por escribir nosotros este texto, pero ¿quién mejor que la protagonista de esta historia para contarlo en primera persona? Con los sentimientos que tan presentes estuvieron en todo el proceso, con las decepciones, la recuperación de la ilusión y esa llamada para comunicarle que su beta era positiva y que su deseo ya era una realidad.