Clínica de Reproducción Asistida y Fertilidad en Madrid - Centro IVI

Las clínicas IVI de Reproducción Asistida se encuentran entre las clínicas más exitosa tanto a nivel nacional como europeo. Llevamos décadas trabajando con diversas técnicas de Fecundación in Vitro, o FIV, que, en resumen, consisten en la unión del óvulo con el espermatozoide de manera artificial (o in vitro). Nuestros tratamientos ayudan a concebir en el laboratorio embriones ya fecundados y listos para transferir al útero materno, de manera que evolucionen hasta conseguir un embarazo satisfactorio.

En las clínicas de Fecundación in Vitro de IVI Madrid empleamos dos técnicas de fecundación de los óvulos: la FIV convencional o la conocida como Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI). Será el ginecólogo, según varios factores masculinos y femeninos, el que decida cuál de ellas es más conveniente en cada caso. Mientras que la primera es la técnica más común en clínicas de Medicina Reproductiva, consistente en depositar el óvulo y el espermatozoide en un entorno controlado, y lo más similar posible al natural, la segunda utiliza una microinyección para introducir un espermatozoide en el interior del ovocito maduro, asegurando así la fecundación.

Ambas comienzan con un estudio previo seguido de una estimulación ovárica tras la que se extraerán varios óvulos mediante una punción folicular. El óvulo obtenido será fecundado mediante FIV o ICSI y se monitorizará su evolución en los siguientes días. Entre todos los candidatos se seleccionará un embrión que será transferido al útero en un proceso rápido, seguro e indoloro.

La Ovodonación es un tratamiento de Reproducción Asistida que puede ayudar a aquellas pacientes que no pueden gestar un embrión por sí mismas. Aquellas pacientes que sufren de algún problema que impide que sus óvulos se puedan fecundar, pueden beneficiarse de este tratamiento en el que empleamos un ovocito donado por otra mujer sana y fértil. El proceso de Ovodonación comienza con la extracción mediante punción folicular de un óvulo de una donante. También pueden almacenarse óvulos sanos de la paciente para postergar el embarazo. Los óvulos son conservados hasta que llegue el momento de realizar una Fecundación in Vitro o una Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides. El esperma también puede proceder de un donante en el caso necesario. Tras la fecundación, el embrión se implanta por transferencia en el útero de la paciente, en una operación sencilla y segura.

Entre las técnicas más comunes de las clínicas de Medicina Reproductiva en las clínicas IVI se encuentra la Inseminación Artificial. Esta consiste en introducir una muestra de semen, que es preparada previamente en el laboratorio, en el interior del útero de la mujer, sin operación y mediante un procedimiento sencillo y eficaz. De esta manera se incrementan las posibilidades de fecundación del óvulo, propiciando el embarazo. Tampoco es necesaria la extracción previa de los ovocitos ya que con esta técnica se respeta al máximo el entorno natural de los gametos. Para maximizar el éxito se programa una estimulación ovárica y se realiza el control endometrial para determinar el momento idóneo en el que realizar la Inseminación Artificial.

El objetivo del Test Genético Preimplantacional, también denominado PGT, es identificar las enfermedades de origen hereditario en caso de que exista alguna sospecha de su incidencia. Esta técnica detecta y previene la transmisión a la descendencia de enfermedades causadas por alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones antes de su implantación. Entre las más frecuentes detectadas en las clínicas de IVI de Medicina Reproductiva se encuentran el Síndrome X-frágil, la enfermedad de Huntington o la distrofia muscular. Para su detección se emplean la hibridación in situ fluorescente (o FISH) o la batería de análisis CGH (también conocidos como arrays de CGH), que se realizan tras la extirpación de una célula del embrión.

La Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides, también denominada ICSI por sus siglas en inglés, es la mejor técnica posible para asegurar la fecundación en los casos de infertilidad masculina. La ICSI consiste en la extracción de espermatozoides a partir de una muestra de semen o mediante una biopsia testicular. Más tarde se inyecta un espermatozoide en el interior del óvulo maduro mediante una microaguja. Una vez asegurada la fecundación y el correcto desarrollo del embrión se procede a la transferencia e implantación en el útero de la paciente mediante un proceso sencillo y eficaz, a la par que indoloro.