El vaginismo es una disfunción sexual que consiste en la contracción involuntaria de los músculos de la vagina, provocando la estrechez de la vagina. Por ello, implica una serie de dolores, molestias y limitaciones para la mujer. Según cifras de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), afecta a un 12% de la población femenina en nuestro país. A lo largo de este artículo veremos cuál es el origen del vaginismo, cómo se trata y cómo afecta a las mujeres que desean ser madres.
Así lo explica la doctora Clara Colomé, directora médica de IVI Mallorca: “Se caracteriza por una contracción involuntaria, total o parcial, de los músculos del suelo pélvico alrededor de la vagina, lo que dificulta o impide la penetración. Sin embargo, tener vaginismo no significa que la mujer no pueda excitarse o experimentar placer, más bien, limita la práctica del coito con penetración. Y, por tanto, la fecundación por vía natural se complica”.
¿Cuáles son las causas del vaginismo?
Si bien existen muchas causas diversas que expliquen la aparición del vaginismo, estas se pueden clasificar en dos grupos distintos:
Causas psicológicas
Estos motivos están detrás de la mayoría de los diagnósticos de vaginismo.
- Tabús o prejuicios
- Desconocimiento de la anatomía femenina
- Baja autoestima
- Traumas previos
- Miedo a un posible embarazo
- Malas experiencias sexuales
- Experiencias ginecológicas negativas
- Violación, abuso o agresión sexual
- Ansiedad o depresión
Causas fisiológicas
Si bien son las menos frecuentes, es importante conocerlas para identificar si es la explicación a la dolencia que estás sufriendo.
- Himen rígido
- Infecciones o úlceras vaginales
- Inflamación de las glándulas de Bartolino, ubicadas a la entrada de la vagina y encargadas de su lubricación
- Trauma asociado al parto o a un aborto
- Disminución de los estrógenos en sangre (algo habitual en la etapa de la menopausia)
- Tumores en la pelvis
Síntomas del vaginismo
En función del nivel de estrechez vaginal y las molestias asociadas, el vaginismo será más o menos grave. En general, los síntomas que con mayor frecuencia se dan entre estas pacientes son:
- Dolor ante la penetración vaginal (tampón, copa menstrual, óvulos vaginales…)
- Ardor, escozor y molestias en las relaciones sexuales (dispareunia)
- Dificultades para realizar las pruebas ginecológicas, como la citología
- Espasmos musculares en otras zonas, como piernas o lumbares
- Otras reacciones durante las relaciones sexuales, como dificultades para respirar o palpitaciones
- Disminución de la líbido
Tipos de vaginismo
El vaginismo primario se refiere a la incapacidad de mantener relaciones sexuales con penetración desde el inicio de la actividad sexual, mientras que el vaginismo secundario ocurre cuando la mujer ha tenido relaciones sexuales con penetración sin problemas, pero luego desarrolla la dificultad o imposibilidad de la penetración.
Así lo explica la Dra. Colomé: “El vaginismo primario se presenta en mujeres que nunca han podido mantener relaciones sexuales con penetración. Suele diagnosticarse con más frecuencia en adolescentes o mujeres jóvenes, y está vinculado principalmente a factores psicológicos. En cambio, el vaginismo secundario aparece en mujeres que, en algún momento sí pudieron mantener relaciones sexuales con penetración, pero que posteriormente desarrollaron esta dificultad”.
Vaginismo primario
Mujeres que no han podido mantener ninguna relación sexual con penetración. Suele ser más habitual en chicas y mujeres adolescentes, principalmente debido a causas psicológicas.
Vaginismo secundario
Previamente a la aparición de esta dolencia, la paciente había podido practicar coitos con penetración. Este tipo está asociado principalmente a causas físicas.
Tratamiento del vaginismo
Para tratar esta disfunción sexual se requiere un enfoque integral y multidisciplinar, tanto psicológico como ginecológico. El abordaje terapéutico puede incluir diversas herramientas como la fisioterapia del suelo pélvico, la terapia cognitivo-conductual, el uso progresivo de dilatadores vaginales y, en casos específicos, otras intervenciones a nivel psicológico adaptadas a las necesidades de cada paciente. “En cualquier caso, el abordaje integral es clave para su tratamiento. Y la comunicación, si hay una pareja en la ecuación, es esencial”, añade la doctora.
¿El vaginismo causa infertilidad?
La única barrera que supone el vaginismo cuando la paciente quiere ser madre es la dificultad o imposibilidad de mantener relaciones sexuales con penetración. Por tanto, la fecundación de forma natural no podría llegar a producirse. Pero la contracción de los músculos de la vagina no influye en sí misma en el resto de las funciones reproductivas ni motiva que la gestación termine en aborto.
Vaginismo y relaciones sexuales
Como ya se ha mencionado, una de las mayores limitaciones asociadas al vaginismo es la de no poder mantener relaciones sexuales con penetración. Hecho que se recomienda hablar abiertamente con la pareja, para que la paciente se sienta comprendida y evitar la aparición de sentimientos negativos asociados. Por otro lado, esta barrera no implica que la mujer no tenga capacidad de excitación o de alcanzar el placer sexual.
En este sentido, en pro de mejorar la calidad de vida de la paciente de vaginismo, será conveniente acudir a profesionales expertos en la materia.
Las técnicas de reproducción asistida como solución alternativa para ser madre
Afortunadamente, muchas mujeres pueden retomar su vida sexual con normalidad una vez superado. En los casos en que no sea posible del todo, las técnicas de reproducción asistida (como la inseminación artificial o la fecundación in vitro) siguen siendo opciones recomendadas para que estas pacientes puedan lograr cumplir su deseo de ser madres.
“Aunque el vaginismo puede suponer un obstáculo para algunas mujeres en edad fértil, no es una barrera insalvable, debido a los diversos métodos de reproducción asistida que existen hoy en día y un enfoque muy personalizado. Entre los más comunes para estos casos se encuentran la inseminación artificial, consistente en introducir espermatozoides previamente seleccionados en el útero de la mujer, o la fecundación in vitro. En este caso se extraen los óvulos de la mujer y, posteriormente, se colocan en una placa de cultivo para ser fecundados con el esperma del varón, por lo que sufrir esta condición no es incompatible con la maternidad”, concluye la Dra. Colomé.
Podemos ayudarte a ser madre
Sea cual sea tu caso, en IVI cada paciente es única y el tratamiento se personaliza a su diagnóstico. Puedes ponerte en contacto en el 900847300 o rellenando el formulario para pedir cita en IVI y nuestro equipo te llamará.
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