La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que cada año nacen más de 20 millones de bebés con un peso inferior a 2.500 gramos, gran parte de ellos venidos al mundo en países en vías de desarrollo.
Durante muchos años se ha creído que los tratamientos reproductivos estaban relacionados con un bajo peso al nacer de los bebés fruto de ellos, pero un estudio reciente que hemos llevado a cabo en IVI muestra cómo por primera vez, desde la llegada de la fecundación in vitro hace más de 40 años, los niños nacidos mediante reproducción asistida presentan un peso similar al de los concebidos espontáneamente.
“Hemos trabajado duro para conseguir revertir el porcentaje de bebés nacidos con bajo peso y asemejarlo al obtenido en embarazos espontáneos a término, y hoy podemos afirmar que menos del 8% de los bebés concebidos en alguno de los centros IVI en 2019 presentaron bajo peso al nacer. Teniendo en cuenta que el porcentaje en el caso de bebés concebidos naturalmente, según los últimos datos conocidos al respecto que datan de 2017, se sitúa en un 7,8%, esta es una cifra esperanzadora que permite desmontar algunos de los estigmas que han marcado el campo al que nos dedicamos. Nuestro objetivo ha sido y sigue siendo asemejar la reproducción asistida a los embarazos logrados por métodos naturales, y cifras como estas nos muestran que vamos bien encaminados”, comenta el doctor Antonio Requena, director médico de IVI.
Prematuridad y bajo peso al nacer no siempre van unidos. Se estima que entre el 3-5% de los bebés nacidos a término ocupan la parte inferior de las tablas de talla y peso, lo cual no siempre implica un desarrollo anormal.
«En poco más de 15 años, hemos visto una reducción de más del triple en el riesgo de bajo peso al nacer en bebés de FIV. Este hecho tranquiliza a los pacientes, ya que es evidente que la FIV de hoy ya no equivale a gemelos prematuros que pueden pasar semanas en la unidad neonatal, sino a un bebé sano, nacido con el mismo peso que un bebé concebido de forma natural», añade el Dr. Requena.
Esta mejora sustancial en las cifras de bajo peso al nacer en bebés llegados al mundo con nuestras técnicas reproductivas está vinculada al uso extendido de la transferencia de un único embrión (SET, por sus siglas en inglés). Esta práctica es el resultado de nuestra firme apuesta por reducir drásticamente los embarazos múltiples –de hecho, tan solo en 10 años este tipo de gestaciones han descendido un 75% -, aumentando así las posibilidades de embarazo a término y nacimiento de un bebé sano.
“En IVI, el 100% de las transferencias que realizamos son de un único embrión, y la tasa de gemelos es de apenas 3%, a la par de la tasa nacional de gemelos concebidos de forma natural, que es del 2,4%, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)”, comenta el Dr. Requena.
Los últimos 20 años en medicina reproductiva han venido cargados de avances, un progreso al que se suma ahora esta notable disminución del riesgo de bajo peso al nacer, con las implicaciones positivas que ello tiene en la seguridad y éxito de la FIV, así como la mejora continua de los resultados y optimización de la experiencia de los pacientes que confían en nosotros su mayor ilusión: ser padres.
«Los bebés nacidos con nuestra ayuda, y gracias al SET, presentan un peso similar al de los bebés concebidos de forma natural y tasas de embarazo a término parecidas a las de los bebés concebidos naturalmente. En pocas palabras, estas cifras son una evidencia de que la brecha se cierra entre la FIV y la concepción natural, y es una muy buena noticia para quienes luchan contra la infertilidad«, concluye el especialista.
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