El apoyo psicológico y emocional es clave en los tratamientos de Reproducción Asistida. Por eso, a partir de ahora, vamos a dedicarles un espacio en este blog a nuestras compañeras y compañeros de la Unidad de Apoyo Psicológico de IVI. Comenzamos con Rocío Domínguez Bootello, psicóloga de IVI Málaga que nos habla de una etapa, muy poco tratada y comentada pero clave en los tratamientos: el tiempo que transcurre entre la punción y la transferencia. Los expertos le ponen nombre: Buscando a Nemo.
Os dejamos con el artículo de nuestra compañera:
Me gustaría dedicar este primer post de la Unidad de Apoyo Psicológico de IVI a hablar de un momento crítico de los procesos reproductivos. Me refiero al tiempo que transcurre entre la punción ovárica y la transferencia embrionaria, una situación que atravesáis muchas de las personas que estáis en reproducción y que es quizás uno de los períodos de mayor tensión e incertidumbre que se viven estando en tratamiento.
Es en estos momentos donde muchas de vosotras habláis de una historia de Disney. Seguramente te has sentido como la mamá de la película Nemo y aún no lo sabes. Pues como todos los cuentos de esta fábrica de sueños, tienen mucho de fantasía pero también de realidad y pueden ayudarnos a comprender qué nos sucede.
En los primeros instantes de la película, una entrañable pareja de pececitos que han decidido ser padres, comienzan a imaginar el futuro de familia que desean y realizan los primeros planes para conseguirlo. Pero ¿qué pasa cuando la vida como vida que es, te vuelve del revés, y lo que creías que iba a ser fácil e ilusionante se torna en una prueba de fuego que te exprimirá para sacar todos tus recursos en marcha?
Puestos todos sus huevecitos a buen recaudo en su lecho, cual mejor de los embryoscope se tratase, sufren el terrible ataque de un tiburón y gracias a la mamá pez, se logra salvar uno. El que será el entrañable Nemo.
Contada la metáfora podemos dar leves pinceladas de lo que sucede en la realidad. Tras muchas consultas y resultados de mil pruebas que se han dilatado en el tiempo más de lo que deseabas, el ansiado momento que esperabas ha llegado. Por fin vamos a punción.
La punción: nervios y miedos
Durante la punción, los inevitables nervios de esta intervención se acaban disipando, ya sea por el deseo tan alto que tenías de que llegase, por el apoyo de vuestro acompañante, por el calor que os ofrecen el ginecólogo y enfermeras, incluso por los efectos de la anestesia, o quizás lamentablemente, por haberte enfrentado a esta situación en otras ocasiones.
Si es la primera vez que has hecho la punción, tras ella e independientemente del estado físico, acontece emocionalmente algo inesperado…. una mezcla de esperanzas, ilusiones, inquietudes, miedos y sentimientos de indefensión esperando las llamadas del laboratorio para saber cuál está siendo la evolución. Primero nos informarán cuántos óvulos de los que nos extrajeron en la punción han madurado, posteriormente cuántos han conseguido fecundar y más tarde cómo está siendo su desarrollo. Finalmente, si por recomendación médica se deben biopsiar los embriones, aún será más larga la espera.
No obstante, en la mayoría de los casos las noticias suelen ser buenas, así que tranquilízate, incluso puede darse el caso de tener embriones sobrantes para realizar otros intentos.
Si por el contrario, estás sobre aviso, pues te ha sucedido en ciclos anteriores que sobrevivieron muy pocos embriones o incluso ninguno, la sensación de temor o miedo a malas noticias será aún mayor. Todo tu aprendizaje anterior durante este camino ha sido probablemente una historia de experiencias negativas, que hacen que no creas posible que esto algún día cambiará. Pero realmente un día esto sucederá, y a esa esperanza por dura que pueda ser afrontar un nuevo negativo, es a la que debes agarrarte. Y este miedo no nos puede impedir poner en marcha todos los recursos de los que disponemos para abordar estos momentos del mejor modo posible, con el objeto de no agotarnos en algo que todavía no ha sucedido y poder enfrentar el resultado, independientemente de si es positivo o no, con la máxima fortaleza.
Si finalmente se ha logrado un embrión sano para transferir, puede que te resulte útil pensar en esta película. Aunque su autor se inspiró en otra historia de superación, podemos ver el paralelismo con tu historia. Pues como muchas me decís…. YO BUSCO A MI NEMO. Es decir, sólo busco al campeón que supere las circunstancias más adversas para convertirse en el que sé que será mi niño/a. Y yo, como mamá de Nemo, voy a sacar todas mis fuerzas para luchar por él: ¿por qué no va a ser este embrión mi pequeño y dulce Nemo?
Transferencia cancelada: Una oportunidad para saber más sobre tí
Sin embargo, si desgraciadamente este no es tu caso y no has conseguido ningún embrión que transferir, te encontrarás en una etapa de duelo a la que has de darle su tiempo y espacio. Aleja los sentimientos de culpa y enfado hacia ti misma y hacia los que te rodean. La calidad de tus óvulos o la tasa de fecundación no son funciones bajo control. Recuerda siempre el principio de tu historia, decidisteis embarcaros en este proyecto de buscar ser padres no por vuestra capacidad de crear embriones, es decir, no por la familia que seréis si no por la que ya sois. Expresa y comparte tu malestar asertivamente con todas las personas implicadas, ellos quieren y necesitan saber lo que piensas.
Como bien sabes, este será un momento crucial en tu historia buscando ser madre. A pesar del mar de emociones en el que te encuentras, no hay que perder la perspectiva y tener en cuenta que este no es el final para ser padres, ahora tenemos más información de lo que puede estar sucediendo. Y la información es poder. Poder para decir cuando estemos preparados qué cambios vamos a hacer para seguir en la búsqueda de nuestro pequeño pececito.
Decidas lo que decidas tras lo sucedido, hay un mensaje en la película que puede convertirse en tu lema para vivir “Sigue nadando”. Tu vida no se detiene, y es tu deber a pesar del dolor, vivirla. Pues eso sí depende al cien por cien de ti, y tú eres la responsable de hacerlo.
Rocío Domínguez Bootello
@RDBootello
Psicóloga IVI Málaga – IVI Benalmádena
1 comentario
El artículo está muy bien, pero usted no ha visto la película buscando a Nemo, la madre muere junto con toda la puesta menos uno, Nemo, y es el padre el que lo cuida y busca.