Anabel Salazar, directora de IVI Málaga e IVI Benalmádena, nos cuenta en primera persona su experiencia y emoción al ver nacer estas dos clínicas:
IVI llega por fin a la provincia de Málaga, y con desembarco doble, pues abrimos sede en Málaga Capital y Benalmádena. Después de 7 años habiendo tenido la oportunidad de trabajar en los centros de Alicante, las dos sedes de Madrid, y hasta en Murcia un verano durante una semana, parece que por fin consigo asentarme en el que será el proyecto personal y profesional más apasionante de mi vida hasta el momento.
Y es que desde que pisé IVI por primera vez siendo aún residente de ginecología de 4º año, tenía claro que quería formar parte de este equipo humano. Creo que muchos me comprenderán cuando digo que somos afortunados por tener un trabajo tan bonito y gratificante. Recuerdo mi primer día de consulta como rotante. Lo que más me llamo la atención no fueron las instalaciones, ni la imagen, por supuesto impecables, sino la relación entre las personas, la organización del trabajo, la ilusión por ayudar a las parejas a cumplir su sueño de ser padres, y la relación tan especial que existía con los pacientes, muy cercana y llena de confianza mutua. Todo ello unido a una forma muy especial de hacer las cosas, buscando siempre la excelencia profesional y el continuo avance tanto científico como tecnológico.
En ese momento tomé la decisión: Yo quiero trabajar en IVI
Y desde entonces hasta ahora he formado parte de esta familia. Pasados los primeros años de formación hasta convertirme en ginecóloga senior en la unidad de medicina reproductiva, me ofrecieron la oportunidad de ser Directora del nuevo centro que se abriría en Málaga. Creo que es el reto profesional más emocionante que podía pasarme por delante, y aunque no negaré que sentí algo de vértigo, decididamente acepté y hoy por fin vemos el mar desde nuestra sede de IVI Málaga todos los días.
Es cierto que abrir una clínica es un proyecto apasionante, y en todo este tiempo ha sido una gran suerte poder tener el apoyo y colaboración de todos los que habían sido mis compañeros a lo largo de estos años, y muchos otros nuevos que no conocía, sobre todo los que se ubican en las Oficinas Centrales de Equipo IVI en Valencia. Pasé de ser ginecóloga y dedicarme a ver sólo pacientes, a tener que consultar cada día con arquitectos, jefes de obra, equipo jurídico, marketing, calidad, mantenimiento, incluso a coger yo misma un destornillador para montar un mueble.
La emoción del trabajo bien hecho
Pero la gran satisfacción de ver nuestro centro funcionando bien lo merece. Y especialmente ver la ilusión de todos los que formamos este equipo. Estas semanas estamos en plena campaña de comunicación y hemos salido en los periódicos locales y digitales. Es emocionante ver como todos nos sentimos orgullosos de compartir con nuestros familiares y amigos nuestra apertura, compartiendo en Facebook o Twitter esos links de entrevistas de radio, Tv y prensa. Quién nos iba a decir cuando se abrió el IVI en 1990 que más de veinte años después existirían las redes sociales y que nos ayudarían a compartir aquello que es importante y emotivo para nosotros.
Para cualquier cosa me encontraréis en IVI, pero esta vez cerca del mar, mejor imposible.