Si quieres decidir sobre tu maternidad más adelante, preserva ahora.
La fertilidad de la mujer es limitada y a partir de los 35 años desciende de forma muy marcada, tanto en número como en calidad de los óvulos. Es un proceso biológico sobre el que, actualmente, no podemos actuar. Sin embargo, hoy en día las mujeres retrasan cada vez más la maternidad por motivos personales, sociales o laborales por lo que la preservación supone una oportunidad para el futuro.
Si una mujer decide preservar o congelar sus óvulos cuando estos son “jóvenes”, en el momento en el que decida que desea tener un bebé podrá utilizar estos óvulos y así tener las mismas probabilidades de embarazo que hubiera tenido en el momento de la preservación.
IVI, pionero en España en utilizar la vitrificación, ha realizado el estudio sobre esta técnica con la muestra más grande del mundo, lo que le ha permitido extraer importantes conclusiones: Vitrificar antes de los 35 aumenta un 40% la tasa de éxito respecto a hacerlo más tarde. Nos lo explica la Dra. Ana Cobo, directora de Unidad de Criobiología de IVI.
La congelación de semen es la mejor manera de preservar la fertilidad en hombres. Se realiza por diversas razones, como someterse a tratamientos médicos, optar por una vasectomía con la opción de revertirla, tener problemas de calidad o cantidad de esperma, o ser un hombre en transición a mujer que quiere preservar su fertilidad antes de iniciar terapias hormonales. Es una medida crucial para asegurar la posibilidad de tener hijos en el futuro.
Durante la primera consulta en la clínica IVI escogida, su especialista en fertilidad le realizará un estudio ginecológico completo y le explicará los diferentes pasos del tratamiento de preservación de la fertilidad. En la segunda visita, ya con los resultados de analíticas previamente solicitadas y el estudio completo hecho, se pautará el tratamiento a seguir.
El tratamiento comienza con el ciclo menstrual, es cuando iniciamos la estimulación ovárica de la paciente. Con una duración que oscila entre los 10 y los 12 días, consiste inyecciones de hormonas que estimulan el desarrollo de múltiples folicular dentro de cada ovario.
Mujeres: Aspiración de los óvulos, se realiza en el quirófano y bajo sedación, para que la paciente no sienta ninguna molestia. Durante la punción, que dura unos 15-20 minutos, se accede a los ovarios a través de la cavidad vaginal, de donde se aspiran los óvulos, para poder llevarlos al laboratorio de fecundación in vitro, donde se vitrificarán. La paciente recibe el alta el mismo día, pudiendo continuar con su rutina habitual.
Hombres: Se obtiene una muestra de semen para su posterior análisis en el laboratorio de Andrología. Gracias al análisis inicial de la muestra (seminograma) conoceremos su estado y las expectativas tras su congelación.
La vitrificación de ovocitos hace referencia a una técnica de congelación ultrarrápida en la que se utilizan sustancias crioprotectoras para evitar el daño de los ovocitos durante este proceso.
En el caso del semen, la técnica seguida es la congelación. En ella, la muestra también se prepara con unas sustancias protectoras para evitar la formación de cristales de hielo que puedan dañar a los espermatozoides.
Los ovocitos vitrificados y el semen congelado se almacenan en unos tanques específicos a una temperatura de -196ºC. Además, cuentan con un doble sistema de alarma para garantizar que la temperatura permanece en el rango óptimo en todo momento.
En este caso podemos hablar de una preservación por motivos oncológicos, ya que tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia pueden repercutir negativamente sobre la fertilidad, junto con otras causas médicas, como, por ejemplo, una cirugía ginecológica.
La preservación de óvulos y semen les ofrece la oportunidad de obtener sus gametos en el plazo más breve posible para así comenzar el tratamiento, y poder disponer de ellos si deciden tener una bebé una vez curada la enfermedad.
Las intervenciones médicas o quirúrgicas alteran el sistema reproductivo de muchas formas y no se puede garantizar la recuperación de la fertilidad, ya que la cirugía es permanente y no se puede revertir. Por lo tanto, si estás considerando realizar un tratamiento de cambio de sexo lo más recomendable es la preservación de la fertilidad.
Las personas transgénero tienen la misma gama de deseos reproductivos que las no-transgénero. Se recomienda que antes de la transición, todas las personas transgénero reciban asesoramiento sobre los efectos de esta sobre su fertilidad, así como sobre las opciones de preservación de la fertilidad y reproductivas que tienen.
La mejor opción de preservación de la fertilidad en las mujeres transgénero es congelación de semen antes de iniciar la terapia hormonal. A veces se utilizan inyecciones de citrato de clomifeno o de hCG para estimular la espermatogénesis. El trasplante de útero se contempla como opción futura, pero es una tecnología que todavía no está plenamente consolidada.
Las opciones de preservación de la fertilidad para este colectivo incluyen la vitrificación de ovocitos o embriones y la congelación de tejido ovárico. Los ovocitos y embriones congelados pueden utilizarse posteriormente para lograr un embarazo utilizando el útero de la propia paciente o de su pareja femenina. Es posible recuperar la menstruación unos 6 meses después de interrumpir el tratamiento con testosterona.
Gracias a la técnica específica de congelación de óvulos que se conoce como vitrificación, somos capaces de mantener sus propiedades intactas hasta el momento de su descongelación, con unas tasas de supervivencia muy elevadas. Actualmente esta tasa se halla en torno al 95% en pacientes jóvenes (<35 años). Estos pueden mantenerse congelados durante el período deseado, no existe una limitación de tiempo.
Además, la vitrificación no afecta negativamente a las tasas de éxito de los tratamientos reproductivos, ya que los gametos mantienen la misma calidad que la que tenían en el momento en que se conservaron.
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