- Más del 70% de mujeres que vitrificaron en IVI sus óvulos por motivos sociales superaban los 35 años de edad
- Ya son 187 los bebés nacidos gracias a la preservación de la fertilidad desde que ésta empezara a realizarse en IVI en 2007
VALENCIA, 26 DE FEBRERO DE 2019
La preservación de la fertilidad ha supuesto un gran avance para la medicina reproductiva. Así, pacientes diagnosticadas de cáncer que deben someterse a un tratamiento de quimio o radioterapia que pueda dañar su fertilidad, o bien aquellas mujeres que sientan lejano aún el tic tac de su reloj biológico y no quieran renunciar por ello a ser madres en un futuro con sus propios gametos, tienen un seguro de fertilidad llamado vitrificación.
Recientemente, la prestigiosa revista Human Reproduction, publicó un estudio liderado por la doctora Ana Cobo, directora de Unidad de Criobiología de IVI, titulado “Elective and onco-fertility preservation: factors related to IVF outcomes”, en el que también participaron los doctores José Remohí, Antonio Pellicer, y Juan Antonio García-Velasco. En él, se da respuesta a las principales inquietudes de las mujeres respecto a la preservación de la fertilidad y se ofrecen interesantes estadísticas acerca de la tasa de embarazo que puede alcanzar una paciente que vitrifique sus óvulos, en función de su edad y el número de ovocitos que vitrifique.
“Un dato muy llamativo es que mientras que las mujeres menores de 35 años que preservaron su fertilidad por motivos sociales alcanzaron una tasa de éxito del 94% al obtener 24 ovocitos a vitrificar, aquellas que superaban los 35, con una cantidad similar de ovocitos, apenas llegaban al 50% de probabilidad de embarazo a término. De ahí la importancia de preservar la fertilidad antes de los 35 años, algo en lo que incidimos siempre desde IVI, conocedores del efecto de la edad en la calidad ovocitaria”, explica la Dra. Cobo.
En el grupo de pacientes que vitrificaron por motivos oncológicos no se observa la misma tendencia, debido en gran medida al menor tamaño de la muestra de pacientes que regresaron para hacer uso de sus óvulos vitrificados (ver gráfico abajo).
El principal marcador de calidad ovocitaria es la edad de la paciente, por lo que este estudio presenta una guía clara de asesoramiento acerca de las posibilidades de tener un bebé en función de estos dos parámetros medibles y ayuda a perfilar una realidad estadística de gran interés para avanzar en el campo de la prevención de la infertilidad.
El estudio es una muestra de la realidad social, que evidencia cómo el grupo mayoritario de pacientes que se plantean preservar su fertilidad por motivos sociales sigue situándose por encima de los 35 años. De hecho, este último grupo aglutina a más del 70% de las mujeres que preservaron su fertilidad por motivos sociales en IVI, y el 15% superaban los 40 años. Esta tendencia se invierte en el caso de los ciclos de onco-fertilidad, donde el 70% de las mujeres eran menores de 35 años.
“Se trata de un estudio retrospectivo integrado en un 83,5% por mujeres que optaron por una preservación electiva de la fertilidad y un 16,5% que lo hicieron por motivos oncológicos (principalmente cáncer de mama). De estas pacientes, aproximadamente 700 han regresado para intentar ser madres, dando lugar al nacimiento de 162 bebés fruto de la preservación por motivos sociales y 25 bebés llegados al mundo tras superar sus madres un cáncer”, explica la Dra. Cobo.
IVI ha sido pionero en España en la vitrificación de ovocitos y, por ende, cuenta con el mayor número de pacientes y resultados hasta la fecha. Esto ha permitido que la muestra de este estudio, formada por 6.332 mujeres, sea la más amplia publicada hasta el momento en trabajos referidos a datos de uso, eficacia y pronóstico de esta técnica de conservación de gametos.
Además, el trabajo muestra una clara evolución de la técnica cuando se realiza por motivos sociales, que en poco más de 10 años ha aumentado en un 18%, pasando a suponer de un 2% a un 22% del total de tratamientos realizados en IVI (periodo estudiado: 2007-2017).
“Aunque las tasas de retorno siguen siendo bajas, con cerca de un 15% en la preservación social y aproximadamente 10% en la oncológica, lo cierto es que esta técnica ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años y prevemos que siga la misma tendencia en los años venideros, lo cual exige un estudio detallado y en profundidad de sus implicaciones, no sólo médicas, sino también sociales”, concluye la Dra. Cobo.