- La ovodonación permite ser madres a mujeres con dificultad para conseguir el embarazo con sus propios óvulos. Este proceso es posible gracias a los óvulos de una donante
- Las tasas de éxito de esta técnica son muy altas debido a la edad biológica del óvulo empleado, llegando a alcanzar un 99,9% tras 3 intentos
- La paciente tipo que se realiza esta técnica de reproducción asistida tiene una edad media de 42 años. Además de mujeres mayores de 35 años, también suelen ser pacientes con fallo ovárico precoz, que han pasado por una cirugía ovárica, tienen mala calidad de base por enfermedades hereditarias o un tratamiento de radio o quimioterapia previo
- Existen estudios sobre el papel de la epigenética en un embarazo por ovodonación, ya que el ambiente uterino durante el embarazo es capaz de modular la expresión de la información genética, independientemente de que ese bebé provenga de un óvulo propio o donado
VALENCIA, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2025
La maternidad tardía conforma la nueva radiografía social, y por ello, cuando las mujeres se deciden a dar el paso, se enfrentan en muchas ocasiones a la imposibilidad de ser madres con sus propios óvulos. Ante esta situación, muchas de ellas optan por tratamientos con óvulos donados. Una realidad que cada vez resulta menos tabú en nuestra sociedad, pero en torno a la que aún hay mucho desconocimiento pese a sus altas tasas de éxito.
“Cuando en consulta se plantea la posibilidad de intentar un embarazo por ovodonación, lo que nos encontramos habitualmente como primera reacción es mucho miedo a lo desconocido. Pero cada vez acuden más mujeres y parejas porque conocen a mujeres o familias que lo comentan con naturalidad y eso ayuda mucho a romper con el estigma de todo lo que rodea a ser madre gracias a la donación de óvulos. Muestra de ello es que en IVI más de un 30% de nuestras pacientes consiguen ser madres a través de esta opción”, explica el doctor José Landeras, director de IVI Murcia.
Y es que, las tasas de éxito de esta técnica son muy altas debido a la edad biológica del óvulo empleado, llegando a alcanzar un 99,9% tras 3 intentos. Por lo que, para perfiles de casos complejos, muchas veces esta es la alternativa más eficaz.
La fertilidad cae drásticamente una vez pasada la barrera de los 35, por lo que muchas pacientes llegan a esta técnica después de intentar durante un tiempo quedar embarazadas sin éxito, con una media de edad que supera los 40 años; en concreto alcanza los 42 años. Las candidatas suelen ser mujeres cuya reserva ovárica es baja o de poca calidad, o que presentan alguna condición que complica que sean madres con óvulos propios.
Además de mujeres con edad avanzada, también se dan casos de pacientes con fallo ovárico prematuro o menopausia precoz, que han pasado por una cirugía ovárica o tienen una mala calidad ovocitaria de base, bien por padecer alguna enfermedad hereditaria o haberse sometido a un tratamiento de radio o quimioterapia previo. Además, este tratamiento también está especialmente indicado para mujeres que vienen de un histórico de varios intentos de FIV convencional fallidos.
Para elegir a la donante, se considera la compatibilidad genética, compatibilidad del grupo sanguíneo y RH, así como características fenotípicas: color de ojos, piel y similitud facial. “Muchas pacientes sienten curiosidad por detalles que van más allá de la seguridad clínica del proceso. La donación de óvulos es 100% anónima y así lo marca la ley. Pero a nivel de información, siempre proporcionamos el grupo sanguíneo y la edad de la donante, datos necesarios para el seguimiento del embarazo, y que se proporcionan una vez la paciente queda embarazada”, añade el Dr. Landeras.
Dependiendo del perfil de la paciente, existen diferentes procedimientos. Si se trata de una pareja, se realiza una fecundación in vitro con los óvulos de una donante y los espermatozoides de la pareja receptora o también de donante, dependiendo del caso. Y si se trata de una mujer que ha decidido ser madre en solitario o de una pareja de mujeres, el esperma utilizado será también de donante.
El siguiente paso es que la paciente se administre la medicación prescrita durante 10 días (o menos, si se trata de ciclo natural) para preparar el útero y así maximizar las probabilidades de implantación del embrión. Posteriormente, se realizará la transferencia del mejor embrión, depositándolo en el interior del útero mediante una cánula que permite acceder al lugar idóneo para su implantación. Se trata de un procedimiento indoloro, sin anestesia, y tras reposar unos minutos, la paciente puede hacer vida normal. Y a partir de aquí, 11 días después de la fecha de transferencia, se realiza prueba de embarazo en sangre para saber si hay o no gestación. Si resulta positiva, el siguiente paso es una ecografía de control.
El poder de la epigenética, clave para el vínculo madre-hijo
A día de hoy, existe la evidencia científica de que la epigenética, en parte, se hereda de nuestros progenitores. Pero también gran parte de ella se modula y se establece influenciada por factores ambientales durante el desarrollo y vida de cada persona, incluido el tiempo en el que un bebé se desarrolla dentro del útero de la madre.
En concreto, existe una comunicación entre el útero materno (el endometrio) y el embrión. Esta es potencialmente capaz de modular cómo se expresa su información genética, independientemente de que ese bebé provenga de un óvulo propio o donado. “Por lo tanto, el ambiente uterino que una mujer embarazada da a su bebé durante la gestación, independientemente que los óvulos provengan de una donante, se considera importante, puesto que va a poder modificar e influir inevitablemente en la forma en la que la información genética de ese bebé se exprese y, por lo tanto, se podrá ver reflejado en las características físicas y estado de salud del neonato. Además, hoy en día existen sofisticados métodos como la tecnología Perfect Match 360º que buscan a la donante más adecuada para cada mujer, lo que hace que muchas mujeres estén cada vez más abiertas a optar por la ovodonación”, concluye el experto.