- El 74% de mujeres que quieren ser madres en un futuro estarían dispuestas a realizarse un tratamiento reproductivo
- Naturalizando la conversación social: 8 de cada 10 mujeres conoce a alguien que ha formado su familia gracias a la reproducción asistida
- Desinformación, así lo corroboran datos de la encuesta: Tan solo el 60% de las mujeres tienen conocimientos acerca de la fertilidad femenina y posibles tratamientos. Esto ayuda a perpetuar mitos como que la probabilidad de embarazo múltiple sea mayor en reproducción asistida
VALENCIA, 22 DE NOVIEMBRE DE 2022
La reproducción asistida ha dejado de ser un tabú. A día de hoy, es creciente el número de mujeres y parejas que necesitan de la medicina reproductiva para cumplir su deseo de ser padres, pero también cobra fuerza la naturalidad con la que estos pacientes se enfrentan a sus dificultades reproductivas y hablan de ello en su entorno.
“La infertilidad es una enfermedad y está reconocida como tal por la OMS. La sociedad es cada vez más consciente de las limitadas capacidades reproductivas del ser humano, el ser vivo más infértil que existe, por lo que esta realidad se va asumiendo con mayor normalidad con el paso de los años. Tanto es así que, actualmente, el 74% de mujeres que quieren ser madres en un futuro estarían dispuestas a realizarse un tratamiento reproductivo. Si la biología no nos favorece, la ciencia intentará ponerle solución, y que la mujer lo acepte y asuma como una opción real y natural es un paso clave con respecto a la planificación de su maternidad”, comenta la doctora Clara Colomé, directora de IVI Mallorca.
Este es origen del tercer bloque del estudio de fertilidad y maternidad que IVI ha realizado, en colaboración con GFK, y que aboca interesantes cifras respecto a la receptividad de las mujeres a los tratamientos reproductivos, o la desinformación en torno a los problemas de fertilidad y los tratamientos para ponerles solución.
Y es que, a pesar de que los datos de este estudio muestran cómo 8 de cada 10 mujeres conoce a algún familiar o amigo que ha precisado de la reproducción asistida para formar una familia, es llamativo el desconocimiento que sigue habiendo respecto a los problemas y soluciones más concretos de infertilidad.
“Estas cifras ponen de manifiesto una progresiva apertura y naturalización de la conversación social respecto a la infertilidad. Hemos hecho un importante camino, y aún queda mucho por recorrer en materia de información. Iniciativas como esta nos ayudan a poner nombre a los problemas para poder afrontarlos en las mejores condiciones”, añade la Dra. Colomé.
¿Y si el momento fue ayer?
“Nos han vendido que las mujeres tenemos que llegar a todas partes. Trabajo, pareja, viajes… pero el tiempo no se para, y nuestros ovarios siguen su reloj cronológico sin poder evitarlo. Es entonces cuando tenemos que explicar a una mujer de 38-40 años, ajena a la realidad de su fertilidad, que ha decidido que ‘su’ momento es ahora, que el momento de sus ovarios era ayer. A pesar de que esté estupenda, haga deporte, no fume y no beba, ante su incredulidad y desconocimiento, debes hacerle entender que esta caída en la cantidad y calidad de sus óvulos viene inherente a la edad y al paso del tiempo, y que no hay manera de frenarlo”, apunta la Dra. Clara Colomé.
La mujer, como en otras áreas de su vida, gana libertad, autonomía y control sobre el ámbito de su fertilidad. Decide si ser o no madre, cómo y cuándo hacerlo, y es cada vez más consciente de que el vertiginoso ritmo de su vida puede llevarle a un futuro tratamiento reproductivo para alcanzar su objetivo de ser madre, algo que afronta con naturalidad.
“La realidad está clara: Las mujeres son madres a una edad cada vez más tardía; en España, actualmente, la edad media para tener el primer hijo ya supera los 32 años. Y aquí es donde cobra sentido nuestra actividad, pues una vez les recibamos en consulta haremos todo lo posible para ofrecerles las mejores opciones en su camino hacia la maternidad”, explica la Dra. Colomé.
A pesar de la receptividad de las encuestadas a los tratamientos reproductivos, su nivel de conocimiento concreto respecto a algunos de los problemas femeninos de infertilidad más habituales y los tratamientos para ponerles solución es medio-bajo, oscilando entre un 25-60%. Y es que el denominador común de muchos de los casos que acaban en consulta apunta directamente hacia la desinformación.
Así, el problema más ampliamente conocido por las encuestadas es el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (60%), y los menos conocidos serían la infertilidad secundaria y el fallo ovárico prematuro (30%). La maternidad tardía o la endometriosis, realidades muy extendidas a nivel social, apenas se conocen por la mitad de las encuestadas.
“Respecto a la información referente a los tratamientos reproductivos, el más conocido sería la Fecundación in Vitro (55%), y el menos conocido señalaría hacia el Método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja), indicado para parejas de mujeres que desean afrontar la maternidad de manera compartida”, esclarece la Dra. Colomé.
Desmontando mitos
La reproducción asistida ha cargado durante años con la fama de asociar los tratamientos con dolor, miedos y desazón. Pero lo cierto es que, gracias a la evolución de la ciencia, cada vez se ofrecen tratamientos más cómodos y más sencillos de llevar, lo cual es importante que se transmita a los pacientes, pues algunos de ellos –cada vez menos- aún se cierran a esta opción por prejuicios que arrastran desde el desconocimiento.
En este sentido, según muestra la encuesta, el 90% de las encuestadas cree que existe mayor probabilidad de embarazo múltiple en reproducción asistida. El mito de los embarazos múltiples relacionado con la medicina reproductiva ha pesado históricamente sobre sus espaldas, si bien es cierto que hoy en día, gracias a los constantes avances en el ámbito reproductivo, la transferencia de un único embrión se lleva a cabo en casi la totalidad de los procesos reproductivos.
“IVI apuesta firmemente desde hace años por la transferencia única para asegurar el bienestar de la madre y su futuro bebé, asemejando los procesos reproductivos a la concepción natural lo máximo posible. El éxito de la transferencia de un embrión único viene respaldado por las altas tasas de éxito que hemos logrado alcanzar durante toda nuestra trayectoria”, concluye la Dra. Colomé.
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