- La edad media de las pacientes se sitúa en 38,4 años, dos puntos por encima respecto a 2007
- La receptividad endometrial o el rejuvenecimiento ovárico, dos líneas de investigación para mejorar los resultados reproductivos
- Se reduce considerablemente la tasa de embarazos múltiples
VALENCIA, 18 DE NOVIEMBRE DE 2016
La baja tasa de natalidad es un problema evidente en nuestra sociedad. Factores como la búsqueda de la estabilidad económica o el desarrollo de una buena carrera profesional hacen que cada día sea más complicada para las mujeres la tarea de concebir un hijo y formar una familia, hechos que se reflejan, por ejemplo, en el retraso de la edad para buscar el primer embarazo.
De hecho, la edad media de las pacientes que acuden a IVI para ser madres ya supera en España los 38,4 años. En la última década esta cifra ha subido dos puntos, lo cual apunta a la maternidad tardía como una realidad a tener muy en cuenta a la hora de adaptar los tratamientos reproductivos a la casuística actual de los pacientes.
“Muchas de estas mujeres, ya cercanas a los 40, se encontrarán con problemas de fertilidad que desconocían y que les dificultarán la consecución del embarazo. Hoy contamos con una solución para prevenir el perjuicio del tiempo sobre la fertilidad femenina, llamada vitrificación. Esta técnica permite a las mujeres conservar sus óvulos con la edad en la que son criopreservados para hacer uso de ellos en el momento en que ellas decidan. Cuando empezamos nuestra andadura en 1990 no existían este tipo de avances, y ahora abren un amplio abanico de posibilidades a las mujeres y parejas que acuden a cualquiera de nuestros más de 50 centros repartidos por la geografía española y mundial para cumplir su deseo reproductivo. A ello se suma nuestro impecable equipo médico, que trabaja de forma incansable por hacer realidad el sueño de las miles de mujeres y parejas que depositan su confianza en nosotros, y que han hecho posible el nacimiento de más de 125.000 bebés”, comenta el Prof. José Remohí, co-presidente de IVI.
Desde que en 1954 la Asamblea General de la Naciones Unidas recomendara que se instaurara el Día Universal del Niño, los objetivos prioritarios han sido luchar para garantizar los derechos de éstos, sobre todo, los relacionados con la propia vida, la educación, la vida familiar y la salud.
“El Día Universal del Niño es un día muy especial para nosotros, puesto que ellos son la verdadera razón de ser de nuestra actividad. Una de las máximas de IVI es garantizar la buena salud de los niños que nacen gracias a nuestra ayuda, consiguiendo que cada paciente salga de nuestro centro con un recién nacido vivo sano en sus brazos. Día a día trabajamos para conseguir importantes avances en el campo de la investigación, perfeccionando técnicas de diagnóstico embrionario y perfilando nuevas líneas enfocadas en la mejora de la receptividad endometrial o el rejuvenecimiento ovárico. Cada nuevo estudio, cada nuevo paso en este largo recorrido, hace posible un ansiado positivo que llenará de felicidad a esas familias a las que la naturaleza les priva del mayor de los regalos”, añade el Prof. Antonio Pellicer, co-presidente de IVI.
El 20 de noviembre se conmemora el día en el que se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, con el firme propósito de recordar todos los años que los niños son el colectivo con mayor vulnerabilidad y que mayor defensa precisa de sus derechos.
SET: hacia un embarazo sin riesgos
IVI es uno de los centros que más fuertemente ha apostado desde sus inicios por el SET o transferencia de un único embrión (Single Embryo Transfer por sus siglas en inglés).
Actualmente, la cifra de embriones transferidos por ciclo en sus clínicas españolas se sitúa en 1,4, con una tendencia descendiente a lo largo de los años.
Son dos las razones que motivan esta decisión: La primera de ellas se basa en tratar de asemejar los tratamientos de reproducción asistida lo máximo posible a la concepción natural, donde las gestaciones múltiples se producen con una frecuencia de 1 a 2 por cada 100 nacimientos. Y la segunda, cuyo peso es decisivo a la hora de optar por una transferencia única, radica en los riesgos que implican las gestaciones múltiples, tales como hipertensión, diabetes gestacional, retrasos en el crecimiento intrauterino o parto prematuro.
Por todo ello, cada vez son más los centros que se unen a esta firme apuesta por el SET, priorizando siempre el bienestar de la paciente y su bebé durante toda la gestación.