- Es la primera vez que este hallazgo se produce en humanos
- Gracias a la tecnología time-lapse se ha podido demostrar esta relación
MURCIA, 28 DE OCTUBRE DE 2015
Hasta ahora se conocían diferentes estudios sobre el colapso de los blastocistos (embriones a los 5-6 días de desarrollo) en diferentes especies de mamíferos, en los que se sugiere que, la mayor parte de ellos, que experimentan ligeras contracciones consecutivas, tienen una mayor predisposición a salir de la zona pelúcida (capa que recubre al embrión) para implantar en el útero materno, mientras que aquellos que parecen tener las contracciones más fuertes o un colapso mayor al final fallan en el momento de su salida.
Ahora, gracias a la tecnología time-lapse, presente en los laboratorios de IVI, y a la investigación llevada a cabo en las clínicas IVI de Murcia y Valencia se ha podido demostrar por primera vez en humanos la relación entre el colapso de los blastocistos y las probabilidades de embarazarse con la reciente publicación en una revista científica de prestigio internacional bajo el título Collapse of blastocysts is strongly related to lower implantation success: a time-lapse study.
“Con este estudio pretendíamos analizar el colapso de los blastocistos en el laboratorio, con la intención de determinar si el colapso de éstos influye en el resultado reproductivo, así como si este fenómeno podría ser útil para determinar otros pronósticos. Así, nos dimos cuenta de que el hecho de que los embriones experimenten colapso desciende su potencial para conseguir una gestación cuando se transfieren a la paciente”, explica Julián Marcos, uno de los principales investigadores del estudio y embriólogo del laboratorio de fecundación in vitro en IVI Murcia.
A diferencia de otras especies de mamíferos los blastocistos que muestran un fuerte colapso son capaces de salir de la zona pelúcida al igual que los que no sufren colapso, pero son menos proclives a la implantación, por lo que no deberían ser seleccionados para transferirse al útero materno como primera opción.
En los embriones cultivados en el laboratorio el colapso podría, de alguna manera, estar estrechamente unido al proceso de embarazo, afectando la calidad del embrión o bien directamente reduciendo su habilidad para implantar en el útero materno. “Además de ello, los embriones que clasificamos de buena calidad en el día 3 de desarrollo tuvieron duraciones de colapso más cortas, lo que hace que pensemos que el colapso y su duración podrían tener impacto negativo en el resultado reproductivo de los embriones”, comenta el Dr. Marcos Meseguer, embriólogo de IVI Valencia e investigador del estudio.
“Aunque el proceso todavía tiene que especificarse, es posible que el colapso sea una consecuencia de la viabilidad del embrión que surge de ovocitos y/o esperma de baja calidad. Además, cabe señalar que gracias a este estudio se debe incluir la contracción del blastocisto como criterio adicional a la hora de seleccionar los embriones perfectos para la transferencia al útero materno”, concluye la Dra. Marta Mollá, directora del laboratorio de fecundación in vitro en IVI Murcia y Cartagena.