- En España, la compraventa de esperma está prohibida por ley. La ausencia de un protocolo y control médico en centros homologados por Sanidad puede tener consecuencias para la madre, el feto o el futuro bebé
- Se corre el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual (ITS) o que a nivel genético el bebé nazca con enfermedades hereditarias o incluso malformaciones
- Al no existir trazabilidad, se pueden dar casos como el donante de Holanda que llegó a vender muestras de semen a 500 mujeres, sin ningún tipo de control sobre el número de recién nacidos en un área con ese donante
- A nivel legal, ya que este proceso no está amparado por el anonimato garantizado de la Ley de Reproducción Asistida, cualquier persona que done semen de manera ilegal puede incurrir en responsabilidades filiales en un futuro
VALENCIA, 13 DE DICIEMBRE DE 2023
Rubio, alto y con ojos azules y -conforme ellos mismos afirman- sin ningún problema de salud. Así responden muchos anuncios colgados en internet por personas que se ofrecen a vender su esperma a mujeres con deseos de convertirse en madres, siendo el perfil más frecuente futuras madres solteras por elección o parejas de mujeres. Y es que estos perfiles, que abundan en chats, redes sociales o portales de anuncios clasificados, son cada vez más frecuentes como vía rápida a la maternidad.
“Generalmente, cuando hablamos de donantes, nos vamos directamente a las características físicas del individuo, pero olvidamos las clínicas, mucho más importantes que el aspecto del futuro bebé”, comenta el doctor Antonio Requena, director general médico de IVI. En los centros de fertilidad, además de realizar un estudio médico del donante para descartar potenciales enfermedades hereditarias familiares, se hace un estudio de su cariotipo para detectar alteraciones cromosómicas que podrían producir un aborto; se realizan estudios de enfermedades de transmisión sexual para evitar un potencial riesgo de infección de la mujer a la que se realizará la inseminación, así como un estudio genético en el que se descarta que el donante sea portador de un grupo de enfermedades genéticas que tienen una incidencia importante en nuestro país.
Además, la elección del donante en clínica se hace de manera personalizada para el caso de cada mujer y siempre controlando la compatibilidad entre donante y paciente teniendo en cuenta la etnia, el color de ojos y de pelo, la altura y la complexión; además de la compatibilidad con respecto al grupo sanguíneo y Rh. También es posible contribuir a que el bebé se parezca lo máximo posible a la madre gracias al sistema Perfect Match 360°, que tiene en cuenta criterios fenotípicos, genéticos y biométricos para garantizar una óptima asignación del donante idóneo. Este se realiza mediante un estudio de similitud que utiliza un sistema de reconocimiento facial 3D, la inteligencia artificial y el big data para determinar el grado de parecido entre donante y paciente.
La falta de la autenticidad o la antigüedad real de las pruebas que muchos donantes aportan como garantía de un supuesto buen estado de salud o calidad seminal también está en entredicho, ya que no son resultados comunicados directamente a la paciente por un profesional sanitario, sino a través de un tercero sin referencias al que se ha contactado por Internet. “Infecciones de transmisión sexual, un mayor riesgo de aborto por una mala calidad seminal o, aún peor, que el bebé herede enfermedades congénitas o transmisibles pueden ser algunas de las sorpresas indeseadas como consecuencia de estos procesos. En concreto, en IVI, además de hacer seminogramas en período de abstinencia (esto es importante para determinar su calidad real) y analítica de sangre, se lleva a cabo un test genético, que permite detectar la presencia de genes susceptibles de causar más de 500 enfermedades transmisibles”, explica el Dr. Requena.
En los últimos años, y aunque la Sociedad Española de Fertilidad ya advirtió de sus peligros, ha crecido el número de personas que se arriesgan a conseguir una muestra de manera ilegal para posteriormente inseminarse ellas mismas o con ayuda de alguien cercano. Lo hacen de manera casera con unos kits comprados en la farmacia, sin ningún tipo de control sanitario. Unas condiciones higiénico-sanitarias que nada tienen que ver con una inseminación llevada a cabo en unas instalaciones médicas esterilizadas y que minimizan los riesgos de infección y posibles complicaciones. Debemos también considerar las bajas tasas de gestación por inseminación conseguida con este método lo que lleva en ocasiones a la frustración y abandono por parte de la mujer de cualquier tipo de tratamiento, impidiendo, por tanto, el embarazo buscado.
La garantía de anonimato y salud psicológica del donante, en entredicho
En España no está permitido elegir a un donante y ese siempre tiene que ser anónimo por ley, tan solo se pueden comentar características generales del donante para salvaguardar su identidad. Sin olvidar que también se lleva a cabo un filtro psicológico que avala que esa persona es apta para donar y que este no tiene antecedentes en lo que a salud mental se refiere.
Además del anonimato, también se pierde la garantía de la trazabilidad, y se pueden llegar a dar casos como el donante de Holanda que llegó a vender muestras de semen a 500 mujeres. Nadie puede saber a ciencia cierta cuántos niños ha podido engendrar un donante que proviene de las redes.
“Cabe recordar que estas prácticas no están amparadas por la Ley de Reproducción Asistida. Esto significa que cualquier persona que done semen de manera ilegal puede incurrir en responsabilidades en un futuro, tanto de manera voluntaria como involuntaria”, concluye el Dr. Requena.