- Cuando una pareja se enfrenta a un tratamiento de fertilidad debe aprender a compartir sus emociones para poder apoyarse durante el proceso y afrontarlo con naturalidad, ya que la incertidumbre o el miedo a lo desconocido pueden terminar afectando a la pareja
- Comprender que cada persona es distinta y, por ello, afrontará de manera diferente el proceso reproductivo, es el punto de partida para acompañar de la mejor forma posible a la persona que se está realizando algún tratamiento de fertilidad
- En el caso de la maternidad en solitario, también es importante que el entorno más cercano esté familiarizado con el proceso para poder acompañar a la mujer en lo que necesite
VALENCIA, 22 DE AGOSTO DE 2023
La infertilidad se ha convertido en un problema cada vez más frecuente, y es que todos conocemos a alguna mujer o pareja que se está enfrentando a ello. Generalmente, el embarazo se presenta como un momento idílico, y cuando las cosas no suceden como se esperaba y llegan las dificultades para lograrlo, aparecen los miedos y la incertidumbre. Llegado este momento, la montaña rusa de emociones puede terminar pasando factura a la relación de pareja o a su entorno más cercano.
Ante un diagnóstico de infertilidad es frecuente que mujeres y hombres reaccionen de forma distinta. Esto dependerá de la personalidad, las vivencias personales y las estrategias de afrontamiento que tenga cada uno. A nivel individual, han de ser conscientes de ello y comprender que lo más probable es que se enfrenten de forma diferente al proceso, lo cual no significa que alguno de ellos esté menos implicado. Respetar la vivencia del proceso que tiene la pareja, en caso de haberla, es fundamental.
Así lo explica María Moya, coordinadora de la Unidad de Apoyo Emocional de IVI Zaragoza: “Cada caso tiene sus particularidades, pero por norma general, las mujeres tienden a mostrar una mayor necesidad de expresar cómo se sienten y qué está suponiendo para ellas la reproducción asistida. Por el contrario, los hombres suelen mostrar menor necesidad de expresar cómo se sienten, a veces porque gestionan de otra forma, a veces porque perciben que su pareja está mal y no quieren sumar preocupación y malestar al proceso”.
Hoy en día hay muchos modelos de familia, y esto también se ve reflejado en los perfiles que acuden a los centros de reproducción asistida, como madres que deciden serlo en solitario por decisión propia o parejas de dos mujeres que optan por el método ROPA. Por ello, la manera de vivir el proceso reproductivo es muy diferente dependiendo de estos perfiles de paciente. “Cada vez es más frecuente encontrar en consulta a mujeres en solitario, y en este caso es muy importante que su círculo cercano, familia y amigos, conozcan bien el proceso (si ellas así lo desean) para poder apoyarles durante el mismo. También las parejas de mujeres tienen una forma de enfrentarse al tratamiento distinta, ya que son dos perspectivas muy diferentes del proceso. Por todo ello, es clave comprender cada caso para definir cómo podemos acompañar a cada paciente de manera personalizada”, añade la psicóloga, que también nos da unos consejos al respecto.
6 TIPS PARA ACOMPAÑAR A TU PAREJA EN UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN
Trabajar una comunicación asertiva y empática que permita expresar cómo se siente cada miembro y ser conscientes de las necesidades que puede tener la otra parte de la pareja
- Involucrarse en el tratamiento y asistir a las visitas médicas, participando a la hora de preparar y administrar la medicación, de forma que ambos se impliquen en el proceso. Del mismo modo, si se realizan cambios en hábitos de vida saludable, hacerlos juntos; dieta sana, ejercicio…
- Buscar momentos de disfrute y ocio en pareja. La reproducción asistida en muchos casos supone un desgaste de la pareja, que lleva una historia complicada a sus espaldas. Es importante que, durante el proceso, se cuide más de la relación: tener detalles y muestras de apoyo.
- Mostrar comprensión para hacer ver al otro que estamos ahí y que somos conscientes de la dificultad de este proceso puede ser importante para la otra persona.
- Debemos ser conscientes del impacto del tratamiento en la vida sexual: Es necesario hablar sobre esta cuestión y buscar soluciones con las que ambos se sientan a gusto para seguir teniendo o recuperar esa unión y cercanía que compartía la pareja antes de comenzar la búsqueda de un embarazo.
- Crear un sentimiento de equipo y afrontar la maternidad como un proyecto vital en común va a ser un factor de protección para la pareja a la hora de enfrentarse a un tratamiento de reproducción asistida.
“En definitiva, lo más importante es que las personas que van a estar implicadas en el proceso aprendan a acompañar a la pareja para así vivir esta aventura como algo ilusionante y circunstancial. Y, por supuesto, saber que cuentan con el apoyo de la Unidad de Psicología de IVI para abordar todas estas cuestiones en consulta”, concluye Moya.