Un milagro llamado Álvaro

Un milagro llamado Álvaro

Historias reales

“Hace unos 10 años, después de una operación de urgencia, me dijeron, sin ningún miramiento ni delicadeza, de la imposibilidad de tener hijos. En ese momento tenía 27 años. Hace cuatro años, junto con mi compañero de viaje por esta vida, decidimos luchar por nuestro sueño. Cuando todo estaba en marcha, se sumó un problema todavía más grave que el anterior. Después de llorar la pena otra vez, un día nos hablaron de IVI. No teníamos nada que perder, por lo que decidimos intentarlo. En la primera consulta ya salimos sintiendo que podía ser el milagro. La suerte por fin nos acompañó, a la segunda. De los dos supervivientes de una ovulación de 8, se agarró a la vida. Se llama Álvaro, ya tiene 5 meses y, al escribir estas líneas, me saltan las lágrimas de agradecimiento a todo el equipo, pues nos dieron esperanza. GRACIAS POR EL MILAGRO.”

Mamá de Álvaro

En muchas ocasiones nos referimos al camino hacia la maternidad como un proceso complicado, delicado y en el que intervienen muchos factores. En algunas ocasiones, además, se recurre a la reproducción asistida como una ‘última’ opción. Otras, como un esperanzador e ilusionante nuevo camino que empezar, en el que confiar. Pero, si en algo coinciden prácticamente el 100% de nuestros pacientes es en que, antes de llegar a una de las clínicas IVI, ya han recorrido otro camino, también complejo y delicado. Como hemos podido leer en su relato, es el caso de la protagonista de este nuevo Compartiendo Experiencia. Ella, a la que prácticamente le borraron la posibilidad de tener hijos en un futuro. Pero que no se resignó, porque ser madre era algo demasiado ilusionante como para darse por vencida a las primeras de cambio. Entonces, junto con su pareja, decidieron intentarlo… Y la vida les dio un nuevo golpe. Pero, ¿has oído eso de que cuando una puerta se cierra, se abre una ventana? Pues este fue su caso. Alguien, un día, les habló de IVI. Y decidieron intentarlo, como decíamos antes, como una nueva oportunidad que renovaba las fuerzas y las ilusiones perdidas por el camino. Y sucedió el milagro. Porque nuestra protagonista no se rindió en ningún momento, y ahora tampoco iba a ser el caso. Como ella dice, “un superviviente se agarró a la vida, y ahora se llama Álvaro”. Sin duda, después de leer esta historia, sabemos que el pequeño Álvaro, desde antes de nacer, ya se parecía a mamá.