El 1 de diciembre es una fecha marcada en rojo en el calendario de todas las instituciones sanitarias. Año tras año, tenemos que hablar del SIDA como una gran epidemia que afecta a parte de la población mundial, y que se manifiesta especialmente feroz en los países de menor desarrollo.
La investigación representa un papel esencial para su erradicación, como así lo refleja la mejora en la calidad de vida de las personas infectadas por el virus, gracias, entre otras cosas, a los avances conseguidos en los tratamientos. A pesar de los múltiples progresos y logros para que las personas contagiadas puedan desarrollar su vida con la mayor normalidad posible, a día de hoy siguen surgiendo problemas, como, por ejemplo, el momento de buscar el embarazo dentro de una pareja heterosexual. Es en este marco donde cobran especial importancia programas como el de lavado de semen, desarrollado por las clínicas IVI, y que desde hace ya más de una década ha conseguido que niños con progenitores seropositivos, nazcan libres de la enfermedad mediante la reproducción asistida.
Gracias a la mejora en el desarrollo de los tratamientos antirretrovirales y de las técnicas de reproducción asistida, las parejas serodiscordantes donde el hombre está infectado de VIH, pueden cumplir el sueño de ser padres de forma segura para la pareja y su descendencia. El lavado de semen lleva a cabo mediante una técnica que separa los espermatozoides del plasma seminal y otras células que podrían ser portadoras del virus. Una vez realizado este proceso se congela la muestra de semen y a continuación se verifica que ésta está libre de la infección por técnicas de biología molecular.
El tratamiento de reproducción asistida, en el caso de que sea la mujer la portadora del virus, no difiere en exceso del que se aplica en el caso de una mujer libre de éste. Para ello es esencial tener un estricto control inmunológico de la paciente y que el tratamiento se realice cuando la carga viral sea muy baja o indetectable, teniendo un especial cuidado y control de la infección en el tercer trimestre del embarazo y en el parto, aunque cada vez, gracias a los tratamientos antirretrovirales la probabilidad de contagio es menor.
Gracias a las nuevas técnicas desarrolladas en IVI hemos ayudado a que parejas con enfermedades transmisibles hereditarias puedan formar una familia. Algo que antes parecía totalmente imposible, podemos considerarlo ahora como un hito para la normalización de la enfermedad.
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